Fue una actriz icónica en la década de los 70 al ser la protagonista de la película Love Story, así como modelo a seguir en cuanto a moda
«Amor es, nunca tener que pedir perdón», era la frase que en 1970 promocionaba la película Historia de Amor, con la que Ali MacGraw fue famosa en todo el mundo e impulsó su carrera. La cinta que protagonizó junto a Ryan O´Neal hizo historia en la industria, fue todo un éxito y le valió a la actriz la nominación al Oscar por Mejor Actriz.
Elizabeth Alice MacGraw nació en Pound Ridge, Nueva York, el 1 de abril de 1939, en el seno de una familia artística. Se graduó en la carrera Historia del Arte en el prestigioso Wellesley College y llegó a la Gran Manzana con la ilusión de ser periodista de moda. Eran los sesenta. Trabajó una temporada como ayudante de Diana Vreeland, la legendaria editora de moda de Harper’s Bazaar.
Por su belleza, MacGraw fue modelo a tiempo parcial y estilista fotográfica del célebre fotógrafo Melvin Sokolsky. En esa época pudo modelar algo de Chanel, lo que repitió a sus ochenta años cuando fue elegida para ser rostro de la marca y figura de una exquisita campaña en la que se mostró que la clase no tiene edad.
En 1969 participó en la cinta Complicidad sexual, con un éxito para Hollywood y lo que la puso en la mira del jefe de producción de Paramount, Robert Evans, personaje imprescindible en la realización de El Padrino. El amor entre ellos fue instantáneo y para Ali fue el sueño de su vida. La fama, el glamour, las grandes fiestas con las principales figuras de la industria del cine.
Era la pareja ideal y ella la chica que todos querían. El éxito de Love Story la llevó a recorrer el mundo, a ser portada de todo tipo de revistas y volverse aún más en un icono de la moda. Su estilo elegante en las fiestas combinaba con la ropa hippie que tanto le gustaba y que fue inspiración para muchas prendas.
Era el punto de partida para una prolífica carrera. Y llegó la invitación para protagonizar junto Steve McQueen la película La Huída. Ali dudaba en participar, pero no era tanto porque su hijo era un bebé todavía, o por la trama de la cinta. Era porque ella sabía que «al estar junto a Steve me metería en problemas», como lo escribió en su autobiografía Moving Pictures: An Autobiography.
Y así fue. En 1972 filmaron juntos y en el proceso de rodaje Ali MacGraw cayó perdidamente enamorada en los brazos de Steve McQueen. «Durante los siguientes tres meses de rodaje, caminé por el filo de la navaja entre momentos de cordura y remordimiento por un lado y una excitación febril por otro», escribió en su libro. Cuando la relación se dio a conocer, fue el escándalo del momento. Parte de esto se puede ver en la película The Offer (Prime).
Se casaron en 1973 y fue una relación tormentosa. McQueen ejerció sobre ella todo tipo de violencia, Ali se alejó de los sets para complacerlo como esposa abnegada, pero las infidelidades descaradas de él y el consumo de drogas y alcohol de ambos, hizo que todo terminara. Se divorciaron en 1978. McQueen murió de cáncer en 1980.
Tras unos infructuosos intentos de volver a la industria del cine, Ali MacGraw ingresó en la clínica Betty Ford en 1985. En ese tiempo se dedicó a escribir sobre su experiencia.
En 1990 se trasladó a Tesuque, Nuevo México, donde sigue viviendo, diseñando, creando y trabajando como voluntaria incansable para causas progresistas y benéficas. Alejada definitivamente las cámaras desde entonces, en la actualidad es una yogui convencida.
En 1991 publicó su autobiografía en la que cuenta entre otras cosas, sus serios problemas con el alcohol. En ese mismo año la revista People eligió a Ali como una de las 50 mujeres más bellas del mundo. En 1994 produjo y protagonizó el vídeo Ali MacGraw Yoga, Mind and Body y en 2010 se reunió con el otro protagonista de Love Story, Ryan O’Neal, en el programa de televisión de Oprah Winfrey con motivo del 40 aniversario de la película.
Hace 5 años, para celebrarla en su cumpleaños 80, Chanel la eligió como una de sus musas.
