La legendaria frase «Voy a ir a Disney World» ha resonado en los oídos de los aficionados al fútbol americano durante décadas, pronunciada por jugadores victoriosos del Super Bowl desde 1987.
Pero, ¿cómo nació esta peculiar tradición que une el deporte con la magia?
La idea surgió en la mente de Michael Eisner, CEO de Disney en aquel entonces, durante una cena con los pilotos Dick Rutan y Jeana Yeager. Al preguntarles qué harían después de su hazaña de dar la vuelta al mundo sin escalas, ellos respondieron con entusiasmo: «¡Vamos a ir a Disney World!». La frase se grabó en la memoria de Eisner, quien vio en ella una oportunidad única para unir el éxito deportivo con la magia de Disney.
Aunque la publicidad jugó un papel crucial en el origen de la tradición, esta ha adquirido un significado más profundo. Para los jugadores, visitar Disney World representa una recompensa por su arduo trabajo y un momento de celebración junto a sus familias. Para los aficionados, es un símbolo de alegría y la culminación de una temporada llena de emociones.
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En la actualidad, la tradición se ha expandido. No solo el MVP, sino también otros jugadores del equipo ganador y sus familias disfrutan de una mágica experiencia en Disney World. Además, el parque ha creado eventos especiales para celebrar a los campeones del Super Bowl.
Más de 35 años después de su inicio, la tradición de que los jugadores del Super Bowl visiten Disney World se mantiene viva. Es un vínculo único entre el deporte y la diversión, un símbolo de triunfo y alegría que llena de magia la vida de los jugadores y aficionados.
La frase «Voy a ir a Disney World» ha trascendido el ámbito deportivo para convertirse en un símbolo cultural reconocido a nivel mundial. Es un recordatorio de que la victoria, la celebración y la magia forman parte de la esencia del Super Bowl, y que la alegría del triunfo puede compartirse con la familia en un lugar mágico como Disney World.
