La Vuelta a España vivió una jornada de enorme tensión este miércoles.
Por una protesta masiva pro Palestina contra el equipo Israel Premier Tech y el genocidio en Gaza en la meta de la etapa 11 de la Vuelta a España 🇪🇸 no habrá ganador de la jornada. Un papelón de la organización y triste para los ciclistas.pic.twitter.com/ksXhdVestA
— Alfonso Hernández (@AlfonsoH) September 3, 2025
Las protestas de cientos de aficionados contra la presencia del equipo Israel Premier-Tech en la carrera obligaron a la organización a suspender la 11ª etapa en Bilbao, declarándola sin ganador y sin podio. El cronómetro se detuvo a tres kilómetros de la meta, en un día donde la pasión por el ciclismo fue opacada por la controversia política.
Los incidentes escalaron a tal punto que la seguridad de los ciclistas se vio comprometida. Durante el recorrido, los corredores fueron objeto de empujones y lanzamiento de octavillas, y en un punto, banderas palestinas casi golpean sus caras. La Ertzaintza (la policía vasca) intervino, resultando en tres detenidos y cuatro policías heridos.
La Cuestión de la Seguridad y la Neutralidad del Deporte
El director técnico de la Vuelta, Kiko García, reconoció que la situación era «incontrolable». Afirmó que, si bien se entienden las protestas, la seguridad de todos los ciclistas está en riesgo. García lamentó que el equipo Israel haya puesto «en riesgo la vida de muchos deportistas», sugiriendo que su renuncia sería la única solución para garantizar la continuidad de la carrera.
La UCI emitió un comunicado condenando lo sucedido y reafirmando su compromiso con la «neutralidad política» del deporte, mientras que ciclistas como Carlos Verona y Joan Bou se manifestaron a favor de la intervención de la UCI, lamentando que el «trabajo» y la «vida» de los deportistas se vean interrumpidos por motivos ajenos a la competición.