Este jueves 12 de octubre, se conmemora el 55 aniversario del inicio de los XIX Juegos Olímpicos, un evento trascendental en la historia del deporte mexicano. La sede de los Juegos Olímpicos en 1968, Ciudad de México, fue testigo de momentos emblemáticos y controversiales que dejaron una huella perdurable en el mundo del deporte.
En esta edición de los Juegos Olímpicos, un total de 5516 atletas de 112 países participaron en diversas disciplinas. Este evento marcó la primera vez que las dos Alemanias participaron de forma separada, y también presenció el debut de naciones como El Salvador, Honduras, Paraguay y Kuwait, entre otras.
En la ceremonia de apertura en el Estadio Olímpico Universitario, Enriqueta Basilio, atleta mexicana, hizo historia al convertirse en la primera mujer en encender el pebetero olímpico, simbolizando el espíritu de igualdad y empoderamiento femenino en el ámbito deportivo.
Entre los momentos memorables, destaca la histórica exhibición de poder y activismo de los atletas afroamericanos Tommie Smith y John Carlos, quienes, tras ganar medallas en los 200 metros planos, realizaron el simbólico «Saludo del Poder Negro».
Otro momento destacado fue el sorprendente salto de Bob Beamon, que estableció un récord de 8,90 metros en la prueba de salto de longitud, una hazaña que permaneció imbatible durante cinco décadas.
El salto revolucionario a espaldas de Dick Fosbury en la competencia de salto de altura también capturó la atención del público, redefiniendo las técnicas convencionales y asegurándole la medalla de oro.
En la prueba de los 100 metros, el corredor estadounidense James Hines dejó su huella al convertirse en el primer hombre en lograr un registro oficial de no menos de 10 segundos (9″95).
Sin embargo, la edición de 1968 también estuvo empañada por el primer caso de dopaje en la historia de los Juegos Olímpicos, protagonizado por el atleta sueco Hans-Gunnar Liljenval, quien dio positivo por consumo de alcohol y fue descalificado junto con su equipo de pentatlón, renunciando a su medalla de bronce.
Además, la altitud de la Ciudad de México, que proporcionó una ventaja y desafío para los atletas, y el trágico «Movimiento Estudiantil» y la «Masacre de Tlatelolco» ocurrida poco antes de los Juegos Olímpicos, dejaron un legado controvertido que afectó la percepción de este evento histórico.
A pesar de los desafíos y controversias, los Juegos Olímpicos en México de 1968 continúan siendo recordados por su espíritu deportivo y los logros sobresalientes de los atletas de todo el mundo.
Por: Ingrid Castillo
