La pintura La Sagrada Familia es resguardada en el Museo Nacional de San Carlos y puede ser visitada como parte de la muestra [Des]ordenar la colección desde el género
Una investigación reciente del historiador del arte Christopher Daly, del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, ha confirmado que La Sagrada Familia, obra resguardada por el Museo Nacional de San Carlos (MNSC), es una pieza original del pintor renacentista italiano Sandro Botticelli.
El estudio, publicado en The Burlington Magazine, establece que la pintura corresponde a un fragmento de una obra mayor —posiblemente La adoración de los magos— realizada por Botticelli y su taller en la década de 1490. Esta verificación coloca a México como el único país en América Latina que alberga una obra auténtica del artista florentino; en el continente, solo hay otras dos: una en la Galería Nacional de Washington y otra en el Museo de Arte de San Francisco.


La Sagrada Familia, un temple sobre tabla sin marco de 51.3 x 38 cm, se consideró durante años como una pieza del «círculo de Botticelli». Sin embargo, tras un análisis técnico y estilístico más detallado, se concluyó que la obra fue realizada bajo la supervisión directa del maestro. El trazo, la composición y la textura pictórica se alinean con otras producciones del taller florentino de los años 1490, según Daly.
La obra forma parte del acervo del MNSC desde 1971, cuando fue donada por los herederos del empresario Wenner-Gren como parte de una colección de arte europeo. Desde entonces, había sido catalogada de forma ambigua como una atribución.
El director del museo, Jorge Reynoso Pohlenz, señaló que este hallazgo refuerza la relevancia de las colecciones públicas y subraya la necesidad de continuar con los procesos de estudio y análisis de obras ya conocidas. Explicó que el acceso a nuevas tecnologías y colaboraciones internacionales han sido clave para este tipo de descubrimientos.

Actualmente, la pintura puede ser visitada dentro de la exposición [Des]ordenar la colección desde el género, una propuesta que reorganiza las obras del museo bajo criterios temáticos y de género, rompiendo con el orden cronológico tradicional.
El caso de La Sagrada Familia evidencia cómo las piezas del acervo nacional pueden adquirir nuevas lecturas a partir de investigaciones actualizadas y colaborativas. La atribución formal al maestro Botticelli ofrece una nueva dimensión tanto histórica como patrimonial para el museo y para el arte renacentista en América Latina.