En Papalote Museo del Niño se puede apreciar hasta el 12 de enero un árbol de llantas, una obra monumental de Betsabeé Romero que transforma lo desechable en arte y reflexión ambiental
En la explanada de Papalote Museo del Niño, los visitantes se encuentran con una sorprendente obra que desafía las fronteras entre lo cotidiano y lo sublime. El Árbol que Rueda, una instalación de seis metros de altura, realizada por la artista Betsabeé Romero, ofrece una visión inesperada del reciclaje y la sostenibilidad a través de la transformación de 70 llantas usadas en un árbol monumental que brilla con espejos plateados y una cálida iluminación.
La obra, que evoca la figura tradicional del árbol de Navidad, no solo resalta por su tamaño y su estética, sino también por el mensaje profundo que transmite: la importancia del reuso y la conciencia ambiental. «Conversamos mucho con Betsabeé Romero sobre cómo un objeto tan asociado a la suciedad y al desecho, como lo es una llanta, puede convertirse en algo luminoso, bello y apreciado, como un árbol de Navidad», señala Alejandra Cervantes, directora general de Papalote Museo del Niño.
Esta instalación es parte de la exposición Ruta 5Rs (Reducir, Reutilizar, Readaptar, Reciclar y Reintegrar), que busca sensibilizar a los más jóvenes sobre el impacto ambiental y las prácticas sustentables. La muestra, que estará abierta hasta mayo de 2025, invita a los niños a reflexionar sobre cómo pueden contribuir, desde su entorno, a crear un futuro más responsable con el planeta.
Romero, quien es reconocida por su capacidad de integrar elementos de la cultura prehispánica y contemporánea, elige las llantas como material principal para El Árbol que Rueda, un recurso recurrente en su práctica artística. “Esta instalación nos recuerda que hasta lo que parece más sucio e inservible puede tener un segundo ciclo y germinar en un árbol frondoso”, expresó la artista durante el encendido de la pieza, resaltando la transformación de lo que originalmente podría considerarse un residuo.
La pieza estará disponible para que el público la vea hasta el 12 de enero, en el vestíbulo exterior de Papalote, de manera que es visible para quienes pasean por el Bosque de Chapultepec. Este acceso gratuito convierte la obra en un punto de reflexión ambiental para todos los visitantes, sin importar su edad.