Domingo festivo en calles de la ciudad donde no solo familiares y amigos apoyaron; lamentablemente la condición de las calles hizo que competidores en silla de ruedas cayeran en un bache
Con más de 30 mil almas desafiando el asfalto capitalino, la edición número 42 del Maratón Internacional de la Ciudad de México dejó una vez más en evidencia el dominio africano. En una fresca mañana de 11 grados, los corredores tomaron la salida desde Ciudad Universitaria, en un evento que mezcló emoción, competencia y también algunos incidentes desafortunados.
El etíope Tadu Abate Deme se llevó el triunfo en la rama varonil, al conquistar la cima del podio con un tiempo extraoficial de 2 horas, 11 minutos y 17 segundos. Aunque el keniano Rhonzas Lokitam marcó el ritmo durante buena parte de la primera mitad del recorrido, su energía se agotó cerca del kilómetro 30, momento en el que Abate tomó la delantera para no soltarla hasta el Zócalo capitalino. Le siguieron sus compatriotas africanos Bernard Kipkhorir (2:11:28) y Edwin Kiprop (2:13:07).
En la categoría femenil, la también etíope Bekelech Gudeta Borecha protagonizó una actuación sólida desde los primeros kilómetros. Tomó el liderato desde el kilómetro 10 y lo sostuvo hasta cruzar la meta en 2 horas, 28 minutos y 36 segundos. La peruana Lizaida Valdivia sorprendió al cerrar con fuerza y quedarse con el segundo lugar (2:32:28), por delante de Rut Albert, representante de Bahréin, quien registró 2:32:47.
“Es un gusto poder darle pelea a las africanas. La verdad no pensé que podría alcanzarlas, pero después de la mitad del recorrido me di cuenta de que mi cuerpo daba para más y lo conseguí”, compartió Valdivia, visiblemente emocionada.
En medio de la fiesta atlética, también hubo espacio para la preocupación. Un corredor en silla de ruedas sufrió una aparatosa caída debido a un bache y tuvo que abandonar la competencia. Otro atleta, también afectado por el mismo obstáculo, logró reincorporarse. A pesar de ello, el mexicano José Frías se coronó en dicha categoría al completar el trayecto en 1 hora, 38 minutos y 46 segundos.
A lo largo de la ruta, familias y amigos no dejaron de alentar a los corredores con pancartas, aplausos y gritos de apoyo, mientras que un competidor ataviado de negro y con la bandera de Palestina se llevó ovaciones simbólicas al llegar a la meta.
