La vibrante y enérgica Generación Z ha estado pasando por algunas dificultades, según una nueva investigación que arroja luz sobre sus niveles de felicidad. Sin embargo, en lugar de dejar que estos datos los desanimen, hay pistas intrigantes sobre cómo pueden mejorar su bienestar general.
La encuesta, realizada por Gallup en colaboración con la Fundación Walton, se sumerge en la vida de más de 2.000 estadounidenses de la Generación Z, de edades comprendidas entre los 12 y los 26 años. Zach Hrynowski, investigador principal de Gallup, comparte que están tratando de pintar un cuadro completo de la vida de esta generación, sus valores y cómo vislumbran su futuro.
A pesar de que aproximadamente el 75% de los encuestados informaron cierto nivel de felicidad, el panorama se vuelve más sombrío a medida que entran en la adultez joven. La Generación Z, en comparación con sus predecesores, parece estar menos satisfecha con sus vidas en este punto crucial.
Sin embargo, entre los datos resplandece un rayo de esperanza: el tiempo dedicado al descanso y la relajación durante los fines de semana, junto con un sentido de propósito, se correlacionan fuertemente con la felicidad. Más que perseguir emociones fugaces, la clave parece ser encontrar un propósito significativo en la vida diaria.
La Dra. Chloe Carmichael, psicóloga clínica, enfatiza que la felicidad no se trata de perseguir la dicha constante, sino de tener un propósito y aceptar los altibajos que conlleva. Esto puede implicar buscar actividades y metas que resuenen profundamente con uno mismo, incluso si no se pueden perseguir directamente en el momento.
El propósito, según el Dr. Broderick Sawyer, no tiene que estar ligado exclusivamente al trabajo; puede manifestarse en causas apoyadas o relaciones significativas. Este enfoque puede darle un nuevo significado incluso a las tareas diarias, haciendo que cada acción se sienta más alineada con un propósito mayor.
Otro aspecto crucial para el bienestar de la Generación Z es la calidad del sueño. La Dra. Rachel Salas destaca cómo el sueño insuficiente o de mala calidad puede afectar el estado de ánimo, la concentración y las relaciones interpersonales. Hacer del sueño una prioridad implica desconectarse de los dispositivos electrónicos antes de acostarse y establecer una rutina regular.
Aunque la Generación Z ya está prestando atención a la salud mental y el cuidado de la piel, priorizar el sueño puede ser un paso adicional hacia un bienestar más completo y duradero.
Más allá de la búsqueda de la felicidad instantánea, la Generación Z puede encontrar una mayor satisfacción en la vida al dedicar tiempo al descanso, buscar un propósito significativo y cuidar su salud, especialmente su calidad de sueño. Estos pequeños cambios pueden marcar una gran diferencia en su bienestar general y ayudarles a navegar con éxito por los desafíos de la vida moderna.
