Una pluma de huia, un ave extinta de Nueva Zelanda, fue vendida por más de 28.000 dólares estadounidenses (26.000 euros) en una subasta, estableciendo un nuevo récord mundial.
El valor cultural de la pluma de huia
Las plumas de huia, consideradas sagradas en la cultura maorí, eran usadas por los líderes tribales y sus familiares como adornos y símbolos de estatus. La huia era un pájaro nativo de Nueva Zelanda, cuyo último avistamiento fue en 1907. La subasta tuvo lugar en Auckland, organizada por la casa de subastas Webb’s, y la venta de esta pluma atrajo un gran interés por parte de los coleccionistas y aficionados a la historia natural.
La subasta récord
Leah Morris, directora de artes decorativas en Webb’s, expresó su satisfacción por el gran interés generado por este objeto raro. La pluma fue subastada junto a otras antigüedades, incluyendo pipas de tabaco, hachas de piedra y objetos de madera.
Durante la subasta, la oferta más alta llegó a 46.521,50 dólares neozelandeses, equivalentes a 28.417 dólares estadounidenses, superando el récord anterior de 8.400 dólares neozelandeses (5.150 dólares estadounidenses) establecido en 2010 por otra pluma de huia, también subastada por Webb’s.
Significado y uso de las plumas de huia
Las plumas de huia, predominantemente negras con puntas blancas, tenían un valor ritual significativo. Los jefes maoríes las usaban como tocados y también se intercambiaban como regalos importantes. La llegada de colonos europeos a Nueva Zelanda contribuyó al declive y eventual extinción de la huia, ya que el ave fue cazada para usar sus plumas como adornos en sombreros.
Especímenes de huia en el mercado
Además de la pluma subastada, ejemplares disecados de huia también han sido vendidos en subastas. En 2023, dos especímenes disecados fueron vendidos en el Reino Unido por casi 278.000 dólares estadounidenses (256.000 euros). Estos especímenes están exhibidos en el Museo de Nueva Zelanda, donde se preserva la memoria de esta ave extinta y su importancia cultural.
La venta de esta pluma de huia no solo destaca su valor monetario, sino también su profundo significado cultural para los maoríes y su relevancia en la historia natural de Nueva Zelanda. La subasta récord refleja el continuo interés y aprecio por los artefactos históricos y su conexión con las culturas indígenas y el pasado de nuestro planeta.