Con 111 años de vida a sus espaldas, este caballero, nacido en el mismo año fatídico en que el Titanic se hundió, se alza ahora como el ser humano más anciano del mundo. John Alfred Tinniswood, oriundo de Liverpool, Inglaterra oficialmente reclamó este prestigioso título con sus 111 años y 224 días de existencia.
La noticia fue proclamada por Guinness World Records este viernes, apenas dos días después de lamentar la partida de quien ostentaba el título previamente, Juan Vicente Pérez, Venezolano oriundo de El Cobre, Estado Táchira quien nos dejó a la edad de 114 años, justo un mes antes de celebrar su 115º cumpleaños.
«En esta vida, o te extiendes como un elástico o te encoges como una camisa en el lavado, y francamente, no siempre puedes elegir», expresó Tinniswood durante su encuentro con Guinness al recibir su merecido certificado.
Aunque Tinniswood, abstemio en cuanto a cigarrillos y rara vez tomó benidas alcohólicas, atribuye su longevidad simplemente a la fortuna, no escatimó en ofrecer su sabio consejo sobre la moderación en todas las cosas: «Si bebes demasiado, comes demasiado o incluso caminas demasiado, al final te pasará factura».
Nacido en el lejano 26 de agosto de 1912, Tinniswood ha sido testigo de dos conflagraciones mundiales, así como del azote de la Gran Influenza y la reciente pandemia de covid-19. Además, detenta el honor de ser el veterano varón superviviente de mayor edad de la Segunda Guerra Mundial en todo el planeta, según los registros de Guinness. Curiosamente, vino al mundo en el mismo año que vio hundirse al célebre Titanic. Además de su longevidad, Tinniswood ha sido un ferviente seguidor del club de fútbol Liverpool desde tiempos inmemoriales, deleitándose con los diecinueve títulos de liga y los ocho de la Copa FA que su amado equipo ha conquistado.
Este bisabuelo reside actualmente en una acogedora residencia de ancianos en la pintoresca ciudad costera inglesa de Southport. La administradora de la residencia, Katie Howard, compartió con la BBC su profundo honor de cuidar a Tinniswood, describiéndolo como un individuo extraordinario con un sinfín de fascinantes historias por contar.
Según Howard, Tinniswood disfruta de sus días leyendo el periódico y sintonizando la radio, sumergiéndose así en los recuerdos de una vida tan rica en experiencias como en años.
