El 28 de octubre se celebra la fiesta de San Judas Tadeo, uno de los doce apóstoles de Jesús. Es considerado el santo de las causas difíciles y desesperadas, y miles de fieles acuden a su templo en la Ciudad de México para pedirle ayuda.
¿Quién fue San Judas Tadeo?
San Judas Tadeo era primo de Jesús y uno de sus doce apóstoles. Se cree que nació en Judea y que murió martirizado en Persia.
En la Biblia, San Judas Tadeo es mencionado en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Se le describe como un hombre devoto y valiente que siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.
¿Por qué se le considera el santo de las causas difíciles?
La creencia de que San Judas Tadeo es el santo de las causas difíciles se remonta a la Edad Media. Se dice que Santa Brígida de Suecia, una religiosa sueca, tuvo una visión en la que Jesús le dijo que San Judas Tadeo era el santo que debía acudirse cuando se enfrentaba a una causa difícil.
¿Qué se celebra el 28 de octubre?
El 28 de octubre se celebra la fiesta de San Judas Tadeo en todo el mundo. En la Ciudad de México, miles de fieles acuden al templo de San Hipólito para venerar al santo.
El templo de San Hipólito es un lugar especial para los creyentes de San Judas Tadeo. Se dice que el santo ha concedido muchos milagros a quienes han acudido a su santuario.
¿Cómo se celebra la fiesta de San Judas Tadeo?
La fiesta de San Judas Tadeo se celebra con misas, procesiones y rezos. Los fieles acuden al templo de San Hipólito para pedirle al santo ayuda para sus causas difíciles.
También es tradición que los fieles regalen estampitas, rosarios e incluso comida a los demás devotos.
Oración a San Judas Tadeo
Oh, glorioso San Judas Tadeo, apóstol y mártir de Jesucristo, fiel siervo y amigo suyo, que recibisteis de Dios el poder de socorrer a todos los que os invocan con fe en sus necesidades, acudo a vosotros, lleno de confianza, para pediros que intercedáis por mí ante el Señor.
Vos que fuisteis escogido por el mismo Jesucristo para ser uno de sus doce apóstoles y que recibisteis de él el poder de atar y desatar en la tierra y en el cielo, interceded por mí para que yo obtenga de Dios la gracia que necesito (hacer aquí la petición).
Os prometo, por mi parte, ser siempre fiel a Dios y a la Iglesia, y llevar una vida cristiana digna de mi vocación de cristiano.
Amén.
Por: Patricio Álvarez.