El piloto mexicano del equipo Arrow McLaren, Pato O’Ward, tuvo un fin de semana para el olvido en el Gran Premio de Long Beach, segunda fecha oficial de la IndyCar.
Tras un inicio prometedor, O’Ward se vio envuelto en un incidente con su compañero de equipo Alexander Rossi, lo que le costó una penalización y lo relegó a las posiciones traseras.
La carrera no fue mejor para el regiomontano, quien luchó con los neumáticos y el balance del auto, viéndose incapaz de encontrar el ritmo necesario para remontar posiciones. Finalmente, O’Ward cruzó la línea de meta en la decimosexta posición, un resultado muy por debajo de sus expectativas.
En contraste con la mala fortuna de O’Ward, el veterano neozelandés Scott Dixon protagonizó una actuación magistral para llevarse la victoria en Long Beach. Con una estrategia impecable y un manejo preciso, Dixon gestionó el combustible a la perfección y aprovechó las oportunidades en el momento justo para superar a sus rivales.
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Esta victoria, la número 57 en la carrera de Dixon, lo consolida como uno de los pilotos más exitosos de la historia de la IndyCar. Además, para el neozelandés fue su segunda victoria en Long Beach, tras la conseguida en 2015.
La próxima semana, la caravana de la IndyCar se desplazará a Alabama para disputar la carrera en el Barber Motorsport Park de Birmingham. O’Ward buscará redimirse y volver a los puestos de podio, mientras que Dixon intentará mantener su racha ganadora y ampliar su ventaja en el campeonato.
En resumen, un fin de semana agridulce para la IndyCar en Long Beach. La mala suerte de O’Ward contrastó con la brillante actuación de Dixon, quien se consolida como uno de los grandes favoritos al título. La próxima semana, en Alabama, la emoción volverá a estar servida.
