A pesar de que salió al escenario más de una hora tarde, lo que ha sido una constante en esta gira, la cantante no defraudó a la audiencia
La espera terminó y los miles de seguidores de la Reina del Pop pudieron rendirle pleitesía a su majestad, quien se dejó adorar y correspondió con los temas esperados y una gran producción para que todos pudieran disfrutarla.
Madonna se presentó en el primero de los cinco conciertos que dará en la CDMX con toda la producción que ha usado a lo largo de su The Celebration Tour. Luces, pantallas gigantes, un par de pasarelas, base circular, escenario enorme, una caja en la que ella vuela sobre la audiencia, para que todos y cada uno de los 16 mil 500 asistentes al Palacio de los Deportes pudieran y puedan ver bien y no pierdan detalle.
Desde que llegó a México Madonna mostró su interés y «conocimiento» por Frida Kahlo. Hace unos días tuvo una comida con la familia de la pintora, que le abrió las puertas de su casa y le mostró objetos personales de Frida. Entre broma y broma Madonna decía que deberían darle algunos, y sin embargo no permitió que le tomaran fotos, sólo accedió a firmar un papel y un libro, y muy modesta dijo que cuando ya no estuviera en este plano, eso iba a valer mucho.
Bailarines, pasarela, Guillermo Rodríguez, del show de Jimmy Kimmel, fue el invitado como el juez de Vogue. Escenario de la gran ciudad de Nueva York, de sus inicios, de los recuerdos, de ese buscar a Susana desesperadamente.
Y para su primer concierto, también habló de Frida, «estoy por llevarlos en un viaje y la pregunta es si pueden manejarlo, les voy a contar mi vida y les leeré mi diario, mis secretos, pociones mágicas, sueños y deseos. Ha pasado mucho desde la última vez; como saben, tengo una historia muy larga con México porque cuando era una niña descubrí a Frida Kahlo.
«Ella me dio esperanza, porque al crecer en el medio oeste me sentía excluida, como que no encajaba. Frida es mi alma gemela, mi media hermana, mi espíritu animal… Espero que entiendan lo que estoy diciendo, porque sé que también se han sentido como bichos raros.
«Frida me inspira y yo los inspiro a ustedes. Estoy muy honrada y feliz de estar aquí, gracias por apoyarme siempre durante 40 años. Nunca dejaré de creer en mí y espero que ustedes tampoco, porque si no tienen sueños, nunca podrán hacer lo imposible», y dio un sorbo a la botella que traía en la mano.
Y además de platicar, la diva cantó, y cantó mucho. Y bailó. A sus 65 años dio fe de su disciplina, de algo que la ha hecho llegar hasta donde está, el trabajo arduo, físico y musical.
Desde la apertura con «Nothing Really Matters», pasando por los clásicos «Everybody», «Into de Groove», «Open Your Heart», Madonna llega a «Like a Prayer» y desde los aires rinde homenaje con «Live to Tell» a los artistas que perdieron la vida por el VIH, como Keith Haring, Calvin Klein, Roberth Mapplethorpe, y Gabriel Turpin.
La bola disco de espejos no podía faltar en «Holiday». Y uno de los momentos mágicos de la noche fue cuando rindió otro homenaje, esta vez al Rey del Pop, con un crossover entre «Like a Virgin» y «Billie Jean». Una pantalla presentaba las sombras chinescas de Madonna y Michael Jackson bailando, mientras en las otras pantallas se proyectaban fotos de ambos.
Otros homenajes son para Nina Simone, David Bowie y Sinead O´Connor. El homenaje a sí misma, a su mamá y al público, lo hace Madonna al recordarnos que hay que celebrar la vida y ser agradecidos, y ella da las gracias en español.
Un repaso por 40 años de carrera, por vestuarios y canciones icónicas, y por las situaciones que han rodeado su trayectoria. Viejas y nuevas audiencias se rinden ante la Reina y cantan con ella «Vogue», «Human Nature» y «Express Yourself», entre muchas otras, en la primera noche del The Celebration Tour en la CDMX.
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