El conflicto en Bosnia – Herzegovina y la posterior masacre de Srebrenica en 1995 marcaron un capítulo oscuro en la historia de Europa. La guerra, que duró de 1992 a 1995, se caracterizó por la limpieza étnica y el brutal asesinato de miles de civiles. La masacre de Srebrenica, en particular, se considera un genocidio, donde alrededor de 8.000 hombres y niños bosnios musulmanes fueron asesinados por las fuerzas serbobosnias.
Causas del conflicto
Las raíces del conflicto en Bosnia Herzegovina se remontan a la desintegración de Yugoslavia en la década de 1990. La tensión entre las tres principales comunidades étnicas del país: bosnios musulmanes, serbios ortodoxos y croatas católicos, se intensificó, lo que llevó a la guerra.
Injerencia internacional
La comunidad internacional intervino en el conflicto a través de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En 1993, Srebrenica fue declarada «zona segura» bajo la protección de las fuerzas de paz de la ONU (UNPROFOR). Sin embargo, las fuerzas serbobosnias, lideradas por Ratko Mladić, invadieron Srebrenica en julio de 1995 y llevaron a cabo la masacre.
Masacre de Srebrenica
La masacre de Srebrenica fue un acto de brutalidad y barbarie. Las fuerzas serbobosnias ejecutaron a miles de hombres y niños bosnios musulmanes, mientras que las mujeres y niñas fueron violadas y expulsadas de sus hogares.
Responsabilidades y justicia
El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia (TPIY) condenó a varios líderes serbios por su participación en la masacre de Srebrenica, incluido Ratko Mladić, quien fue sentenciado a cadena perpetua en 2017. Sin embargo, muchos otros responsables aún no han sido llevados ante la justicia.
Consecuencias del conflicto
El conflicto en Bosnia Herzegovina y la masacre de Srebrenica tuvieron un impacto devastador en el país. Miles de personas fueron asesinadas, desplazadas o traumatizadas. La guerra también dejó una profunda herida en la sociedad bosnia, que aún lucha por superar las divisiones del pasado.