El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, expresó este jueves su voluntad de iniciar un diálogo con el Gobierno del país en medio de la crisis política y de las protestas que exigen la renuncia de la Fiscal General Consuelo Porras, las cuales se han extendido por diez jornadas consecutivas.
Arévalo, del Movimiento Semilla, dijo que está dispuesto a acompañar como testigo el diálogo mediado por la Organización de Estados Americanos (OEA).
También llamó a escuchar y atender las demandas de las organizaciones que han liderado las manifestaciones, incluidas las autoridades ancestrales de los pueblos indígenas.
Al mismo tiempo, le pidió al presidente actual, Alejandro Giammattei, que proceda con la destitución de Porras.
Las protestas estallaron en la nación centroamericana luego que el Ministerio Público decomisara en procedimiento inédito actas de votaciones y ejecutara allanamientos a la sede del Tribunal Supremo Electoral y al Movimiento Semilla.
El ofrecimiento de diálogo por parte del presidente electo es un paso positivo para intentar resolver la crisis política que vive Guatemala. Sin embargo, es importante que el Gobierno también muestre su disposición a negociar y que se escuchen las demandas de las organizaciones que han liderado las protestas.
La destitución de Porras es una de las principales demandas de los manifestantes. Porras es acusada de corrupción y de obstaculizar la lucha contra la impunidad en el país.
Si el Gobierno no cede a esta demanda, es probable que las protestas continúen y que la crisis se agrave.
Si el Gobierno accede a dialogar y a atender las demandas de los manifestantes, es posible que la crisis se resuelva pacíficamente. Sin embargo, si el Gobierno se niega a negociar, es probable que las protestas continúen y que se produzcan enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad.
También es posible que la crisis se prolongue en el tiempo, lo que podría tener un impacto negativo en la economía y en la estabilidad del país.
Por: Patricio Álvarez