La vanguardia de la viralidad es un faro que alumbra la estética mecánica.
La vanguardia de la viralidad es un faro que alumbra la estética mecánica, como
la personificación de los ideales dentro de una estética visual de las redes
socio digitales y demás ecosistemas que habitan internet.
Las especies existentes dentro del tejido digital son delineadas y construidas de
manera sistemática por los diseñadores de la interfaz y el algoritmo junto con el
capitalismo de la vigilancia y cognitivo, que mistifican de manera desconsiderada
el mundo de lo concreto y sus relaciones humanas, para reinterpretarlas bajo un
método estetizado de acontecimientos perpetuos, quienes impregnan al mundo
virtual de frecuencias prefabricadas, pero atractivas, de creaciones inmateriales y
al mismo tiempo deliberadas, que seleccionan un punto de vista al focalizar una
realidad, invitándonos a una especie de retórica de los motivos.
Esto nos dice, que nada dentro de internet resulta espontáneo o poco planeado,
pues aplican una variedad de metodologías insulares, para volver ciertos
contenidos y narrativas en fenómenos ubicuos, por tendencias nada azarosas,
pero profundamente seductoras, que ofrecen una objetividad fantasmal para hacer
que ciertos personajes, frases, memes, momentos, temas, hilos de conversación,
vídeos cortos, historias y otros habitantes de la viralidad, adquieran un valor social
y hasta cultural, que dominen las reglas de lo invisible y de las humanidades
digitales, pues a cada instante se convierten en colecciones de sobrevivencia, ya
que si no sigues estas reglas, pasos y normas te evaporarás cual industria
creativa del entretenimiento tradicional.
La supervivencia de lo viral obedece a una metodología adherida a la
disponibilidad de bienes simbólicos, cuya riqueza invisible deriva, más que nunca,
en la circulación de percepciones y representaciones de híper valor separadas,
solo por la deslactosada y muy deshidratada, capacidad de interpretación crítica,
que cada día se encarece cual salud viral o economía narrativa, al poner en venta
el tiempo y el espacio, como un juego lucrativo de valor abstracto, siendo el caldo
de cultivo de celebridades instantáneas cual sopa de microondas.
La imaginería visual hace uso de una metodología multi anclada, vista como una
metáfora, que tiene como principio la comprensión del proceso comunicativo de
los medios de información y de entretenimiento, logrando erigir una serie de pasos
que son creados por las identidades y experiencias de los mismos usuarios, es
decir, el método viral es teórico-práctico, ya que propone concepciones que
reimaginan las políticas de la misma comunicación, al reconceptualizar los
problemas y prácticas de su aplicación en el mundo contemporáneo.
La viralidad es metodológica, pues surge de la mediación social, entre
consumidores y productores de semiósferas digitales que por su conocimiento
intersubjetivo (frívolo o ilustrado), construyen verdades predictivas que dan
marcos organizativos, y ofrecen productos virtuales, que hacen aportaciones
particulares y significativas al mundo social próximo y real de las nuevas masas
digitales.
La metodología de lo invisible implementa una morfología cual parámetro de
conducta advenediza, que emula a un repertorio ornamental, pero peligroso y al
mismo tiempo ligero, moldeando la economía de lo abstracto, cuál dimensión
estética de negociaciones, gobiernan la conducta de los sujetos, encarnando
aspectos del lenguaje, la moda, la cultura, política y hasta la misma vida cotidiana,
acaecida dentro de ciber esferas que transportan la fertilidad de un producto u
objeto viral, hasta cultivarlo en una abundante cantidad de likes y reproducciones
dentro de apps, plataformas y redes sociales.
En términos virales esta visión metodológica, permite a sus integrantes ejercer
acciones trans situacionales, bajo una interacción mediada no solo por las
percepciones y juicios de valor, sino por el compartir intersubjetividades que
conectan e involucran actividades, desde las exigencias y oportunidades que
surgen de los variados ecosistemas dentro de internet, formulando así nuevos
grados de libertad, que jamás lograron ofrecer la televisión, la radio, el cine o la
prensa escrita.
La próxima vez que compartas un vídeo o cualquier otro contenido en tus redes
sociales, piensa que estarás siendo parte de una metodología fabricada desde la
experiencia del usuario, ya que sin esta acción el tejido digital se desmoronaría,
pues la interdependencia del usuario con las interfaces afirma la galaxia
enunciativa de internet, como la fuente histórica de narrativas de sociedades auto
comunicadas que se extienden cual tierras feudales desmaterializadas.
La Cima
Textos híbridos de periodismo contemporáneo
Por: Bernardino Rubio Tamariz