El ex presidente de Ecuador, Rafael Correa, acusó este martes al gobierno del presidente Guillermo Lasso de estar infiltrado por el crimen organizado, lo que ha generado un amplio debate dentro y fuera del país.
En un discurso pronunciado en la ciudad de Guayaquil, Correa afirmó que esta infiltración ha llevado a situaciones de corrupción y falta de transparencia dentro del gobierno del país sudamericano.
«El crimen organizado está en el gobierno», dijo Correa, quien gobernó Ecuador entre 2007 y 2017. «Hay ministros, viceministros, funcionarios y militares que están coludidos con el narcotráfico, la delincuencia organizada y el contrabando».
Las acusaciones de Correa han sido rechazadas por el gobierno de Lasso, que las calificó de «infundadas y falsas».
«El gobierno del presidente Lasso está comprometido con la lucha contra el crimen organizado», dijo el ministro del Interior, Patricio Carrillo. «No vamos a tolerar estas acusaciones sin fundamento».
Sin embargo, las acusaciones de Correa han generado preocupación en la sociedad ecuatoriana, que teme que el crimen organizado pueda tener un impacto negativo en la estabilidad y gobernabilidad del país.
«Estas acusaciones son muy graves», dijo el politólogo Juan Carlos Calderón. «Si se comprueban, podrían tener consecuencias muy negativas para el país».
La lucha contra el crimen organizado es un desafío global y es responsabilidad de todos los países abordar esta problemática de manera transparente y efectiva.
En el caso de Ecuador, es importante que el gobierno tome en serio estas acusaciones y demuestre su compromiso con la transparencia y la lucha contra la corrupción.
