Conforme se acerca el 2 de junio, fecha de la elección presidencial, se van perfilando los rasgos del electorado en 2024. En la elección de 2018, la lista nominal fue de 89.4 millones de electores y para este año, la cifra será de poco más de 99 millones, ello implica que alrededor de diez millones de jóvenes entre 18 y 24 años votarán por primera vez para elegir presidente de México. En 2018 hubo 4 contendientes por la presidencia, que representaban a 3 alianzas integradas por 3 partidos políticos cada una, así como una candidatura independiente; hoy, son tres candidaturas, aunque se perciben solo dos y la contienda política se desarrolla en un bipartidismo de facto, que suprime la presencia individual de varios de los partidos políticos, que difícilmente tendrían alguna relevancia de no ser por su integración a una alianza o coalición electoral.
El Presidente López Obrador ganó la elección con 30 millones de votos, el 53% de la votación emitida y 34% de la lista nominal. La ganadora de la elección en 2024, considerando una participación similar a la de 2018, que fue del 63%, tendrá que obtener la mayoría de entre 62 millones de votantes. Si tomamos como referencia, el análisis “Encuesta de Encuestas” de Polls.mx –que pondera los resultados de 32 casas encuestadoras–, Claudia Sheinbaum estaría ganando la Presidencia de México con el 61% de las preferencias electorales, es decir, con algo así como 37.8 millones de votos, lo cual acorde a los datos, parece razonable, pero en la realidad, no es fácil atribuir los niveles de preferencia de la elección previa a la actual, pues evidentemente el caso de AMLO, por su trayectoria, su lucha histórica, la coyuntura del agotamiento del sistema político y el hartazgo social, conformaron un fenómeno nada fácil de igualar, mucho menos superar.
En estos seis años, la población en situación de pobreza pasó del 41.9% en 2018 a 36.3% en 2024. El valor nuestra moneda era de $18.44 pesos por dólar el 12 de marzo de 2018 y en la misma fecha, pero de este año, tuvo un valor de $16.83. Las remesas prácticamente se han duplicado en el presente sexenio, pasando de 33 a 64 mil millones de dólares, representando casi un 4% del PIB.
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El Presupuesto de Egresos de la Federación, creció en 71% durante estos seis años, pasando de 5 billones 279 mil 667 millones (con una población de 124.91 millones de mexicanos, es decir, $42 mil 268 pesos por habitante), a 9 billones 66 mil 45.8 millones de pesos (con una población actual de 126.7 millones de mexicanos, lo que equivale a $71 mil 555 pesos por habitante). El costo de la gasolina (premium) por estas fechas en 2018 alcanzaba los veinte pesos, actualmente oscila alrededor de los veinticinco pesos.
Estos datos y cifras, reflejan resiliencia y estabilidad macroeconómica. Sin embargo, en lo social, en cuanto a los temas que importan y afectan a la ciudadanía, será la reflexión personal, nuestro entorno y nuestra propia circunstancia la que nos permita identificar qué cambió en nuestra vida y si ello fue para bien o lo contrario; revisando cómo impactan esos cambios a nuestras familias y personas cercanas. Los parámetros y cuestionamientos pueden ser muchos y muy variados; sin embargo, en esencia, determinar la importancia de lo que hoy tenemos y no teníamos o bien, lo que hoy no tenemos, determina sin duda un peso específico en la percepción de nuestra realidad; pues es claro que, en cada entorno comunitario, en cada sector social, en cada familia y cada persona, hay circunstancias específicas, historias únicas, pero al agruparse, perfilan e integran patrones que hacen posible el análisis estratificado de indicadores y con ello, hacen medible y evaluable la transformación que, a lo largo de un periodo presidencial, se ha alcanzado a favor del estado de bienestar, del bien común que merecen y al que tienen derecho todas y cada uno de los gobernados.
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Es precisamente ese conjunto de cambios, lo que imprime nuevos retos y desafíos al proceso electoral concurrente en curso, en el que los más relevantes logros de campaña, quedarán eclipsados ante la decisión popular en las urnas.
Por Carlos Tercero