La ciudad de Nueva York ha comenzado a recuperarse después de ser azotada por una de las lluvias más intensas en varias décadas el pasado sábado. Tras las fuertes lluvias del viernes, los habitantes de la ciudad se vieron enfrentados a inundaciones en sótanos y carreteras parcialmente bloqueadas, además de la suspensión temporal del tráfico en vías férreas y aeropuertos.
A pesar de que la tormenta ya ha pasado, algunos de sus efectos aún se sienten este fin de semana. En Brooklyn, un vecindario sufrió una interrupción en el suministro eléctrico debido a la tormenta, lo que llevó a la evacuación del personal y aproximadamente 120 pacientes de un hospital. La compañía eléctrica regional, Con Edison, cortó la energía en la clínica para realizar reparaciones, y se estima que podría tomar varios días antes de que el hospital pueda funcionar completamente de nuevo en el vecindario Bedford-Stuyvesant de Brooklyn.
Aunque se pronosticaban más lluvias para el fin de semana, la gobernadora Kathy Hochul señaló durante una conferencia de prensa en un centro de control de transporte en Manhattan, que lo peor ya había pasado .
Hochul destacó que se logró evitar una tragedia gracias a que muchas personas escucharon las advertencias y se refugiaron en sus hogares o buscaron áreas más elevadas a tiempo. «No se perdieron vidas», aseguró la gobernadora. Sin embargo, se llevaron a cabo rescates de 28 personas atrapadas en las «enfurecidas aguas» en el valle del Hudson y Long Island.
La gobernadora Hochul agregó: «Hemos visto caer mucha lluvia en un periodo muy corto, pero la buena noticia es que la tormenta pasará y veremos cómo se despejan algunas vías fluviales a lo largo del día y la noche».
Este diluvio llega dos años después de que los remanentes del huracán Ida provocaran lluvias sin precedentes en el noreste de Estados Unidos, cobrando al menos 13 vidas en la ciudad de Nueva York, la mayoría de ellas en sótanos inundados. Aunque en esta ocasión no se han reportado muertes o lesiones graves, la tormenta del viernes revivió algunos recuerdos aterradores para los residentes de la ciudad.
Joy Wong, una residente de Woodside, Queens, recordó: «Yo estaba muy preocupada. Salir se volvió peligroso: ‘Afuera parecía un lago, un océano'».
Por: Ingrid Castillo