En un discurso ante la ONU, la canciller mexicana, Alicia Bárcena, afirmó que el país encara el reto de la migración «con una visión humanista». Sin embargo, el gobierno mexicano mantiene una fuerte contención militar de la migración, con más de 34 mil militares desplegados en las fronteras.
Bárcena afirmó que la respuesta al fenómeno migratorio concierne a toda la comunidad internacional, pero que se deben atender las causas estructurales. También consideró que se deben adoptar modelos de gestión migratoria que ofrezcan espacios de inserción laboral y financiera y que protejan los derechos humanos de las personas migrantes.
La canciller mexicana también abogó por el fin del bloqueo económico a Cuba y condenó la invasión de Rusia a Ucrania.
La declaración de la canciller mexicana es contradictoria con la política migratoria del gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El despliegue militar en las fronteras es una clara muestra de que el gobierno mexicano no está dispuesto a adoptar una política migratoria más humana.
La contención militar de la migración ha sido criticada por organizaciones de derechos humanos, que denuncian que los migrantes son víctimas de abusos por parte de las fuerzas de seguridad.
El gobierno mexicano ha defendido su política migratoria, argumentando que es necesaria para controlar la migración irregular. Sin embargo, la realidad es que la contención militar no ha logrado detener la migración, que ha alcanzado niveles récord en los últimos años.
Posibles escenarios
Es probable que la contradicción entre la retórica y la práctica migratoria del gobierno mexicano continúe en el futuro. El gobierno de López Obrador ha insistido en que mantendrá su política migratoria, incluso si esto significa continuar con la contención militar.
Sin embargo, la presión internacional por una política migratoria más humana podría obligar al gobierno mexicano a adoptar medidas más flexibles.
Por: Patricio Álvarez.