La migración no cesa
La migración no cesa de manera que los problemas que genera la migración tampoco. México enfrenta un asuntoque hace unos años parecía que había cambiado de orientación. Tras décadas de interrumpido flujo migrante hacia Estados Unidos, paulatinamente fue menguando hasta que el país adquirió estatus, un tanto simulado, de territorio de tránsito. Las leyes de repatriación impulsadas por Donald Trump contribuyeron significativamente a disuadir de emprender aventuras en el otro lado. Se quería decir con esa expresión, “territorio de tránsito”, que la migración propiamente mexicana se había detenido debido, en parte, a que las condiciones económicas y sociales habían mejorado lo suficiente como para persuadir a los ciudadanos de construir su futuro en casa. A finales del sexenio de Enrique Peña Nieto y sobre todo en el actual del Presidente López Obrador se reactivó la migración, inducida también por la abolición parcial del gobierno Biden de las leyes Trump.
México se encontró en una encrucijada
De repente México se encontró en una encrucijada: por una parte muchos mexicanos volvieron a depositar su esperanza en EEUU, a causa de la creciente inseguridad y de la destrucción de trabajo formal; por otra, sucesivas marchas migrantes siguieron invadiendo el territorio nacional en tránsito hacia la frontera con el vecino del norte. Trump obligó a López Obrador no sólo a reforzar la seguridad en la frontera sur a fin de controlar la entrada de migrantes, sino a implementar medidas que impidieran que los migrantes centroamericanos alcanzaran la frontera norte. López Obrador disuadió con uso de la fuerza la entrada de centroamericanos, violando incluso derechos humanos. Una vez en el país, el gobierno federal intentó seducirlos ofreciendo aceptables condiciones laborales y de asistencia social para que se establecieran en México en lugar de proseguir hacia cualquier punto de la frontera norte. El gobierno federal no ofreció esas mismas condiciones a mexicanos que marchaban a EEUU. Los principales poblados fronterizos recibieron una avalancha de migrantes con la que no pudieron lidiar, creando importantes crisis de todo tipo.
En la actualidad, se recrudece el problema. Se prenden focos de alerta en el sur y en el norte. Amenazan marchas desde Centroamérica a México. Nuevas crisis migratorias asoman en las respectivas fronteras. Con el Ejecutivo ocupado únicamente en las elecciones de 2024, no parece que se le vaya a prestar atención a un conflicto que en ningún momento se ha sabido combatir. Todo indica que el país enfrentará otra vez conflictos con omisión de las autoridades. Esa negligencia solo puede multiplicar la violencia que generan migrantes circulando por el territorio nacional sin atención de ningún tipo y con necesidades de todo tipo. A pesar de las palabras de Biden, los migrantes mexicanos y centroamericanos que buscan cruzar con garantías legales a EEUU son regresados a México. Los conflictos en Tijuana o Ciudad Juárez de hace un par de años están a las puertas. La atención a la migración es prioritaria en estos momentos.
