La irrupción de Sonia Mendoza como precandidata a la alcaldía de San Luis Potosí ha sido demoledora. Postulada por el Partido Verde del que es diputada federal, hizo una relevante carrera política en Acción Nacional, que abandonó en 2018 a causa de la corrupción de la dirigencia estatal manipulada por Xavier Azuara y fomentada por Marko Cortés. Renunció a este instituto porque quería servir a los potosinos como pensaba que debía de hacerlo. Sonia es mujer de compromiso social, preocupada por sus conciudadanos, interesada en mejorar el nivel de vida de los potosinos. Siempre ha desplegado una intensa actividad en favor de los demás, sin importar el puesto de diputada local, nacional, senadora, candidata a la gubernatura, dirigente estatal de Acción Nacional.
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Desde hace unos meses, los intereses de la familia Azuara maniobra para que el candidato a la presidencia municipal del Frente Amplio sea David Azuara, hermano de Xavier, precandidato incompetente en lo político e insolvente en lo moral. El movimiento se debe a la pretensión de desplazar al actual alcalde de extracción priista, Enrique Galindo, que ambiciona la reelección después de una afortunada gestión. Con Galindo, el Frente tiene opciones de ganar la alcaldía. En estos días, otros panistas se han sumado a David Azuara para optar a la silla municipal: Héctor Mendizábal, Rubén Guajardo, Octavio Pedroza. El PRI, de momento, no ha posicionado a nadie que no sea el actual alcalde. Los panistas argumentan que la candidatura debe ser para un panista y amenazan con romper la alianza en caso de que alguno de ellos no sea el candidato. Asociaciones ciudadanas como Potosinos con Valor apoyan a Galindo puesto que es el más competitivo, las dirigentes de PAN y PRI estatales, Verónica Rodríguez y Sara Rocha, también.
Una vez que Sonia Mendoza presentó su candidatura, se destaparon los precandidatos panistas. La mera declaración de intenciones de la diputada del Verde resquebrajó al PAN, pero también al PRI en que voces importantes como Horacio Sánchez Unzueta ya han declarado la inconveniencia de que Enrique Galindo sea el candidato del Frente mostrando implícitamente su preferencia por Sonia. Los residuos del inexistente México Libre, limitados a cuatro señoras (dos ancianas y dos maduras), han manifestado su apoyo a Mendoza justificándolo con un brillante argumento: “Sonia es mujer y las mujeres estamos para apoyarnos”. Mensaje de altura política y de sólido compromiso cívico. Dada la falta de iniciativa de las señoras cabe la sospecha de que la instrucción proceda de un lugar cercano a Xóchitl Gálvez. Como dice un amigo, “ven burro y se les antoja viaje”.
Únicamente con informar de su intención de competir por la alcaldía, Sonia Mendoza ha conseguido fracturar y enfrentar a los integrantes del Frente Amplio, desplazar a Enrique Galindo con riesgo de que no concurra a los comicios, multiplicar los candidatos del PAN a fin de dividir el voto con objeto de perjudicar las pretensiones de Galindo y el Frente, atraer a su causa a importantes panistas y priistas que representan un significativo número de papeletas. Sonia, candidata del Verde, se ha limitado a un solo gesto: manifestar su deseo de optar a la candidatura de la alcaldía. Nada más. En estos momentos, atendiendo a lo que Mendoza ha conseguido sin abrir una pestaña, se antoja que es la mejor posicionada para ganar la candidatura del Partido Verde. En caso de que Galindo sea el candidato del Frente, sólo Sonia puede competir y ganar.
