¿Te encanta el chocolate amargo? ¿O quizás prefieres el dulce de leche? ¿Y qué tal la textura crujiente de las galletas o la cremosidad de un helado? ¿Te has preguntado alguna vez por qué tienes estas preferencias?
Los científicos creen que la respuesta puede estar en tu lengua.
La lengua humana está cubierta de papilas gustativas, que son las responsables de detectar los sabores dulces, salados, amargos, ácidos y umami. El número y distribución de estas papilas varía de una persona a otra, lo que podría influir en nuestros gustos alimenticios.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Birmingham, en el Reino Unido, encontró que las personas con un mayor número de papilas fungiformes, que son las que se encuentran en la punta y los bordes de la lengua, tienden a preferir los alimentos con sabores amargos y ácidos. Por el contrario, las personas con un mayor número de papilas caliciformes, que se encuentran en la parte posterior de la lengua, tienden a preferir los alimentos dulces y salados.
Otro estudio, realizado por investigadores de la Universidad de California en Davis, encontró que las personas con papilas gustativas más sensibles tienden a preferir los alimentos con sabores más intensos.
Por supuesto, la influencia de la lengua en nuestros gustos alimenticios no es la única factor. Otros factores que pueden influir son la genética, la cultura, las experiencias personales y las preferencias aprendidas.
Sin embargo, los hallazgos de estos estudios sugieren que la lengua podría desempeñar un papel importante en la determinación de nuestros gustos alimenticios.
¿Sabías que la lengua humana es capaz de detectar hasta 10.000 sabores diferentes?
Esto se debe a que las papilas gustativas están compuestas de células receptoras que pueden detectar diferentes tipos de moléculas.
Las células receptoras para los sabores dulces, salados, amargos y ácidos se encuentran en todas las papilas gustativas. Las células receptoras para el sabor umami se encuentran principalmente en las papilas caliciformes.
Si te interesa saber más sobre cómo funciona tu lengua y cómo podría estar influyendo en tus gustos alimenticios, puedes consultar con un profesional de la salud.
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