De acuerdo con datos del INEGI para el primer trimestre del 2023 el volumen de la población en el país era de 129 millones, de los cuales 52% corresponde a mujeres y 48% a hombres. En cifras reales esto quiere decir que las mujeres dominan en cantidad sobrepasando a los hombres. Pero ¿Esto tiene un peso importante en la presidencia de México?
La verdad es que quizá hasta hace unos 10 años uno nunca se hubiera imaginado que México iba a tener una mujer como presidenta. Más que nada porque México es un país en el que la mujer siempre a sido violentada, usada, maltratada, ultrajada, desvalorizada y hecha menos en comparación del sexo opuesto. Y algo que es real es que también las cifras de homicidios no han bajado. Desde el 2015 hasta el 2022 se produjeron 27 mil 133 asesinatos de mujeres y niñas en el país lo que hace pensar que es necesario priorizar este tema con urgencia.
A simple vista el hecho de tener una mujer como presidenta, podría ser una imagen positiva para resolver el problema de los feminicidios en México, se pensaría que una mujer presidenta le va a dar un enfoque correcto a la situación que viven las mujeres día con día en el país, y se generaría un discurso pro-mujer, más fuerte que nunca antes. Porque de eso se trata, darle el valor y el reconocimiento la mujer mexicana que siempre ha sufrido de violencia. Incluso eso ya se puede ver claramente en las pre-campañas de ambas candidatas a la presidencia, Claudia Sheinbaum y Xochilt Gálvez.
Siguiendo esa misma lógica y suponiendo que durante el gobierno de cualquiera de ambas candidatas el problema de los feminicidios en México disminuyera y se empezara a ver un panorama positivo que favorezca a las mujeres, podría pensarse como un presidenta con éxito durante su gobernatura. Una presidenta que realmente a llegado a hacer un cambio para todas mujeres que llevan años luchando por justicia y respeto de sus derechos humanos.
Sin embargo, esta puede ser un arma de doble filo, porque, que pasaría sí las cifras no cambiaran, el incremento de feminicidios siguiera a vuelta de la esquina y los situación de la mujeres fuera igual o peor que antes. ¿Ganaría esto el desaprobamiento de la sociedad mexicana y rompería con las altas expectativas de las mujeres que tanto desean un cambio al tener una mujer como presidenta? ¿Cómo afectaría un resultado negativo a la población varonil de México, aclamaría o desvalorizaría el trabajo de una mujer a cargo del país?
Quizá es muy temprano para llegar a una conclusión concreta de que se puede esperar de la gobernatura de una presidenta en México. Pero lo que sí se debe de reconocer es que esto va a ser un hecho que va a quedar marcado en la historia de México. Lo que hará falta será Cambiar la Narrativa, hacia un pensamiento de equidad de género en el cual a pesar del resultado de lo que cualquiera de las dos candidatas pueda ofrecer, no se le debe condenar por el hecho de ser mujer, más bien se le debería de ver como un ente político que sin importar el sexo se le tiene que ser mirado desde un punto de vista de ser humano y ser juzgado como tal, sin dejar que una barrera de sexo afecte la crítica, al igual que cualquier otro presidente que México a tenido a lo largo de su historia política.
Por: Susana Peñaloza Gómez
M.A. NGO Studies, Corea del Sur.
What does a Female President mean in Mexico?
According to INEGI data for the first quarter of 2023, the volume of the population in the country was 129 million, of which 52% correspond to women and 48% to men. In other words, this means that women dominate in quantity, surpassing men. But does this have an important weight in the presidency of Mexico?
The truth is that perhaps until 10 years ago the idea of Mexico having a woman president would never have been imagined. Mostly, because Mexico is a country in which women have always been violated, used, mistreated, abused, devalued, and made less compared to the opposite sex. Besides, it is real that femicides have also not decreased. From 2015 to 2022, there were 27,133 murders of women and girls in the country, which suggests that it is necessary to prioritise this issue urgently.
At first glance, having a woman as president could be a positive image to solve the problem of femicide in Mexico. On one hand, it is possible that having a woman president would give a correct approach to the situation that women experience every day in the country. A pro-woman discourse would be generated, stronger than ever before. Because, this is one of the main goals that Mexican society expects from a woman, for example giving value and recognition to Mexican women who have always suffered from violence. We can already see that clearly in the pre-campaigns of both presidential candidates, Claudia Sheinbaum and Xóchilt Gálvez.
Following the same logic and assuming that during the government of either candidate, the problem of femicides in Mexico decreased and a positive outlook favoring women began to be seen, we can think that having a women president is one of the best decisions in the Mexican political context. Besides, recognise the work of our president as a successful woman during her government. A president who has really come to make a change for all women who have been fighting years for justice and respect for their human rights.
However, this can be a double-edged sword, because what if the figures did not change, the femicides increase and continued around the corner plus the situation of women is the same or worse than before. Would this earn the disapproval of Mexican society and break the high expectations of women who has a huge desire of change by having a woman as president? How would a negative result affect the male population of Mexico, would it hail or devalue the work of a woman in charge of the country?
Perhaps it is too early to reach a concrete conclusion about what can be expected from the governance of a female president in Mexico. But we must recognise that this will be a fact that will be marked in the history of Mexico. This is the reason why it is necessary to Change the Narrative, towards a thought of gender equality in which despite the result of what either of the two candidates can offer, they should not be condemned for the fact of being a woman, Mexican society should be judged a female president as a political entity, regardless of sex, we should look from the perspective of a human being and judged it in the same way, without letting a barrier of sex affects criticism, just like any other president who Mexico has had throughout its political history.
By: Susana Peñaloza Gómez
M.A. NGO Studies, South Korea.