La tecnología está revolucionando el mercado del arte, y una de las áreas más afectadas es la búsqueda de obras de arte ‘durmientes’, es decir, obras que se encuentran mal atribuidas o infravaloradas.
Hasta hace poco, este negocio estaba reservado a un grupo reducido de expertos, como marchantes, coleccionistas o historiadores del arte. Sin embargo, la llegada de nuevos instrumentos tecnológicos, como la inteligencia artificial (IA) o el análisis de imágenes, está democratizando el acceso a esta información.
Estos instrumentos permiten comparar obras de arte de diferentes colecciones y estilos, lo que facilita la identificación de posibles atribuciones erróneas. Además, también pueden ayudar a estimar el valor de una obra, lo que puede ser muy útil para los coleccionistas que buscan oportunidades de inversión.
Esta nueva realidad está provocando un aumento de la competencia por las obras de arte ‘durmientes’. No solo los marchantes y coleccionistas tradicionales están buscando estas obras, sino que también lo están haciendo particulares, aficionados al arte o incluso empresas tecnológicas.
Esto está provocando un aumento de los precios de las obras de arte ‘durmientes’, que se han vuelto más cotizadas. Además, también está dificultando la tarea de los marchantes tradicionales, que se enfrentan a una competencia cada vez más feroz.
¿Qué impacto tendrá la tecnología en el mercado del arte?
Es difícil predecir el impacto a largo plazo de la tecnología en el mercado del arte. Sin embargo, es probable que continúe democratizando el acceso a la información y aumentando la competencia.
Esto podría tener un impacto negativo en las galerías y los marchantes tradicionales, que podrían perder su cuota de mercado. Sin embargo, también podría beneficiar a los coleccionistas, que podrían tener más oportunidades de encontrar obras de arte de alta calidad a precios asequibles.
¿Cómo pueden los marchantes tradicionales adaptarse a la nueva realidad?
Los marchantes tradicionales pueden adaptarse a la nueva realidad centrándose en sus puntos fuertes, como su experiencia y su conocimiento del mercado. Además, también pueden invertir en nuevas tecnologías para mejorar su competitividad.
Por ejemplo, pueden utilizar la IA para analizar imágenes y detectar posibles atribuciones erróneas. También pueden utilizar el análisis de datos para identificar tendencias en el mercado del arte.
En definitiva, la tecnología está cambiando el mercado del arte, y los marchantes tradicionales deben estar preparados para adaptarse a la nueva realidad.
Te puede interesar: ¡Vamos al cine!