Ante miles de personas el cantante panameño ofreció una selección de las canciones que han destacado en su carrera, acompañadas de anécdotas y agradecimientos
Para despedir el 2024 y recibir el año nuevo, el Gobierno Capitalino invitó al cantante Rubén Blades para que ofreciera un concierto en el Paseo de la Reforma. La última noche del año entonces se vio engalanada con la presencia y música del también actor panameño afincado en Nueva York.
Acompañado por la Big Band de Roberto Delgado, Blades cerró su Salswing Tour con el festejo de la noche vieja en la emblemática avenida de la Ciudad de México, donde desde temprana hora cientos de personas ya lo esperaban. A las 22:30 llegó al escenario para saludar entre aplausos. Dio las gracias a las autoridades que lo invitaron, «México tiene grandes músicos y exponentes, y que nos hayan invitado a nosotros es algo que respetamos y es un honor».
La fiesta inició con la clásica «Plástico» y desde entonces comenzó al baile a los lados de la Glorieta del Ahuehuete. Entre anécdotas y poco a poco entrando en calor, el cantante fue creando un diálogo con el público que lo escuchaba atento, pero en cada oportunidad hacía sus peticiones.
El baile siguió con «Decisiones». Después, tanto Blades como el público sintieron el nudo en la garganta con «Amor y control», que al escucharla uno entiende por qué cuando la hicieron «no podíamos ensayar porque siempre llorábamos», contó Rubén.
Otra historia fue para la esperada canción «El padre Antonio y el monaguillo Andrés», que habla del padre Óscar Arnulfo Romero y su asesinato.
El público, incluyendo a los policías, tomaba fotos, bailaba, vitoreaba y pedía canciones. Pero también le dirigía palabras da cariño a Rubén Blades y un niño pudo hacerle llegar un dibujo que hizo del cantante y actor, mismo que el panameño mostró a la audiencia y a sus músicos.
Haciendo tiempo para recibir el año platicando de las películas mexicana que veían en Panamá, imitó a Los Polivoces con el «¡ahí madre!»; y recordó su primera película con Salvador Sánchez y su afición por el box.
Con la presencia del jefe de gobierno Martí Batres comenzó la venta regresiva para dar término al 2023. Después de recibir el nuevo año, la fiesta continuó y fue turno a «Juan Pachanga» y a seguir el baile.
«Yo sé que quieren a Pedro, tenemos muchas todavía, pero ya viene Pedro», dijo Blades ante las peticiones del público. Y bueno, pues «Pedro Navajas» fue interpretado por la orquesta y por todos los asistentes.
«La muerte comienza por el olvido y recordándo a Héctor Lavoe lo tenemos vivo», dijo Rubén Blades al continuar y dio paso a la interpretación de «El Cantante».
Entre otros temas, el concierto siguió con «Canto niche», «Plantación Adentro», «Buscando América». Y con «Maestra vida» comenta que ahora la canción ya tiene otro significado para él y pide que entren a su página rubenblades.com y le dejen comentarios.
«México me ha dado muchas satisfacciones, la primera cuando fuimos al Zócalo la primera vez. Gracias por venir hoy y acompañarnos, un honor. No sé cuánto tiempo podré seguir en esto, pero será hasta cuando nos den la oportunidad. Les dedicó esta canción que hice cuando salí de Panamá por la dictadura» y tocó «Patria».
Y ya casi a las dos de la mañana Rubén Blades se despidió, pero ante las peticiones de otra, otra por parte de la audiencia a la que no le importó que tal vez el metro ya estuviera cerrado, el cantante contó otra anécdota de cómo se cuida la garganta y accedió a cantar una más. El concierto cerró «Te están buscando».
Las autoridades capitalinas reportan una asistencia de 120 mil personas a lo largo de Paseo de la Reforma