Corriste de prisa; dejabas tu tierra, tu gente, tu familia, empuñabas tus cosas y perseguías los sueños de alguna vieja leyenda contada por muchos. Perdona, perdónanos…
Perdona paisano por pisotear tu tierra, abandonarla y hacerte esclavo de la miseria para engrandecer el comercio transnacional, y llenar el bolsillo de algunos, que aunque pocos, traicionan y rompen tu vida, arrojando a los tuyos a cruel desamparo.
Perdona paisano por dejarte ir sin tu familia, llevándote acuestas dolor, preocupación, peligro y maldiciones que entre conciudadanos brindamos sin egoísmo, ni gratitud.
Perdón paisano por que la educación no es basta, y es decisión de vida tener un plato o un libro en mano, y aunque sea suficiente, perdona paisano que truncando tus metas por otorgar beneficios a otros, fuiste por aulas y empleo nuevo en zonas extrañas donde tu idioma era ajeno, tu apellido mísero y tus raíces prejuicios.
Perdona paisano por arrojarte al vacío y tacharte por crecer fuera y no abrirte las puertas aquí en tu tierra para progresar como debes, formar tu familia y obtener un empleo que te fuera justo con lo que mereces…
Perdona paisano por educar a los hijos e hijos de tus hijos en un sistema obsoleto que absorbe libertades, limita el pensamiento, exige un peinado, un vestir y comportamiento perfecto cual si fuera esclavo, calificando sus virtudes y reprobando sus fallas, porque será un número desde que nace, cuyo valor seguirá hasta ser útil o ser desechado por quienes ocuparon tus tierras sin ser incluso de ellas…
Perdona paisano, porque aquí en tu patria, pocos crecen y la tierra se oculta hasta ser devorada por el monstro de la exigencia citadina, perdona paisano porque parece avanzamos, evolucionamos y respetamos, pero a ti hermano, te hemos olvidado, destruimos tu casa, tu pasado, y sólo la huella de tu existencia se ha quedado en un buro viejo donde asentada esta tu fecha y hora de nacer, cuando eras libre y no conocías frontera…
No hemos cambiado paisano, aún conquistamos territorios, aún hacemos guerras, todavía apedreamos, lastimamos, crucificamos y sí, mi querido paisano, también olvidamos a quienes llamamos nuestros…