Desperté con la terrible noticia que Cristina Pacheco, una de las figuras más grandes del Periodismo en México del siglo XX, y lo que va del XXI, había partido de este mundo.
Recuerdo a Cristina Pacheco haberla visto en un par de conferencias, y fue uno de los motivos para estudiar y ejercer el periodismo desde hace casi 20 años. Cada fin de semana de manera casi religiosa vi por 30 años su maravilloso programa en Canal 11, Aquí nos Tocó Vivir, que usaba con admiración y respeto frecuentemente como ejemplo en clase de periodismo, sobre cómo hacer crónicas que rayaban en la perfección por su nivel narrativo, tiempos y cadencias lingüísticas, únicas de la gran Cristina.
¡Gracias Cristina! Por ayudarme en mis clases al ser un ejemplo de valentía, intelectualidad, valor, simpatía, oficio y metodología. Contigo aprendí y aprendieron muchas alumnas y alumnos la labor del periodismo. Tus textos siempre fueron parte de la bibliografía de cada curso, y estoy seguro que despertaron en muchas personas el amor por tu trabajo, y quisieron replicarlo.
El periodismo que nos dejaste no enseñó que en México tenemos nuestra propia estética narrativa, que de manera local se es capaz de realizar una mediación textual y fenoménica con las miles de personas que entrevistaste, en esos mares de historias por los que navegaste durante más de 40 años.
Tú problematizadas al ser del mexicano como nadie, nos mostraste nuestras identidades urbanas y regionales, tu trabajo fue una manifestación de poder que hoy más de una quisiera emular.
Tú mostraste a la mujer en el oficio periodístico en este país, por tu pensamiento siempre abierto a la recepción del aprendizaje de nuestra tierra.
Tú siempre creativa y crítica, redefinir el proyecto de informar en la televisión pública mexicana, pues renovaste de manera cultural y lingüística la narrativa del día a día de las vidas de los personajes a quienes entrevistabas, a quienes siempre les diste el papel protagónico de tus diálogos.
Tú trabajaste con los colores de los sectores populares, rebeldes, de lucha y supervivencia, nos asombraste, conmoviste e indignaste con tu pasión, experiencia, emoción y esos matices que solo tú sabías observar y documentar frente a la cámara.
Podría asegurar que hiciste un periodismo de autor, siempre digno y de interlocución cultural. Ibas a la fuente como nadie, conectabas con millones de personas.
Tú sí luchaste por abrir espacios para las mujeres periodistas. El conocimiento que derramabas en tus textos era personal y al mismo tiempo comprometido con la sociedad, con una mirada intimista narraban, recreabas, reportabas, contrastabas y asombrabas, en cada emisión o faena literaria que hacías, como esa amante de las palabras que nos mostrabas en cada oración dicha por ti.
Nunca charlé contigo o me tomé un café, no me entrevistaste o te entrevisté, no eras mi vecina ni compañera de trabajo presencial, pero sí fuiste y serás influencia en mi labor y acción periodística.
Sirva este espacio para rendir un pequeño pero honesto homenaje a tu carrera y a la influencia que tu trabajo deja en los medios de comunicación de todo México, y esa enseñanza de saber hacer periodismo narrativo, como herencia para América
Latina y el mundo.
¡Gracias Cristina!
LA CIMA
22/12/23
Textos híbridos de periodismo contemporáneo Bernardino Rubio Tamariz