El «breadcrumbing», una estrategia manipuladora en las relaciones modernas, implica mostrar interés intermitente sin compromiso real. Según el profesor Raúl Navarro Olivas, este patrón busca mantener la atención sin establecer una conexión genuina.
Navarro Olivas compara este comportamiento con las máquinas tragamonedas, que ofrecen refuerzos intermitentes. El «breadcrumbing» proporciona contacto positivo ocasional, seguido por la retirada abrupta, manteniendo a la otra persona enganchada.
Impacto en las relaciones actuales
Investigaciones indican que más un porcentaje alto de la población mundial ha experimentado Breadcrumbing, especialmente en entornos de citas rápidas y al monitorear la actividad en redes sociales. Este seguimiento puede reducir la incertidumbre en las relaciones pero aumenta la posibilidad de sufrirlo.
Los perpetradores de «breadcrumbing» muestran patrones claros: comunicación intermitente, omisión de detalles personales significativos y evasión de compromisos a largo plazo, a pesar de una interacción continua en línea.
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Aunque la falta de estudios dificulta la identificación, se sugiere que personas con rasgos narcisistas o patrones de apego evitativo podrían estar más inclinadas a practicar o sufrir «breadcrumbing».
Consecuencias emocionales
El «breadcrumbing» puede causar insatisfacción, soledad y desamparo. Se aconseja establecer expectativas claras en las relaciones y buscar apoyo tanto de amigos como de profesionales de la salud mental.
Navarro Olivas enfatiza la comunicación asertiva y el respaldo externo. La resiliencia se fortalece con el apoyo de quienes nos rodean.
El «breadcrumbing» destaca la necesidad de límites claros y apoyo emocional en las relaciones. La comunicación y el respaldo externo son esenciales para preservar la salud emocional.
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