El cantante de los Doors nació el 8 de diciembre de 1943 y su trágica muerte lo convirtió en leyenda
Es el símbolo de toda una generación y fue sinónimo de libertad y talento, Jim Morrison se convirtió en una leyenda desde antes de su muerte. Como vocalista del grupo The Doors, en su corta vida trascendió más allá de los escenarios y se convirtió en una estrella de rock, con todo lo que implicaba serlo en la década de los sesenta.
James Douglas Morrison nació en medio de la II Guerra Mundial, en Melbourne, Florida, el 8 de diciembre de 1943. Su padre era oficial de la Armada de los Estados Unidos, lo que significó muchos cambios de casa para la familia y el intento de una educación marcial, a lo cual el joven Jim se rebeló siempre.
Cuando Morrison manifestó su intención de estudiar cine en la UCLA (Universidad de California en Los Ángeles), sus padres se opusieron, pero él de todos modos se fue y cortó todo contacto con ellos, al grado de aclarar varias veces que habían muerto en un accidente.
Aunque de niño le diagnosticaron un alto coeficiente intelectual, en la UCLA no se distinguió por su buen desempeño. Filmó una película sobre neurosis sexual e histeria masiva, pero no tuvo relevancia y fue olvidada. Fue compañero de clase de Francis Ford Coppola, pero éste se graduó primero. Morrison se recibió de licenciado en cinematografía en 1965, pero al parecer no era lo suyo.
Se dedicó con fervor a estudiar filosofía, literatura, poesía e historia. Estaba interesado en los escritos de Nietzsche, William Blake, Franz Kafka y Arthur Rimbaud, y llegó a conocer a profundidad la tragedia griega. aunque u intención era irse a Nueva York a ser poeta, pasó el verano en a playa de Venice, viviendo en un departamento abandonado, donde a golpe de LSD escribió poemas que luego se convirtieron en canciones.
Jim Morrison no estaba interesado en convertirse en una estrella de rock. Para eso ya estaban The Beatles y The Rolling Stones, y en esa California del amor y paz, Bob Dylan, Byrds y Buffalo Springfield eran parte de una cultura joven impetuosa. Pero una tarde conoció en la playa a otro joven egresado de la UCLA, Ray Manzarek, un tecladista de extracción clásica, con pasión por el blues y el jazz. en la plática salieron a relucir los poemas de Jim.
Al decidir que iban a tocar juntos, Ray convocó a John Densmore (batería) y a Robby Krieguer (guitarra). En enero de 1966 bautizó a la banda a partir de una frase de William Blake («Si se limpiaran las puertas de la percepción, todas las cosas aparecerían como son, infinitas»), y así surgió The Doors.
Y de un Morrison que era tan introvertido que en los primeros conciertos cantaba de espaldas, hasta ser la banda de casa del Whisky A go go, en el Sunset de Los Ángeles, y recorrer varios estados después de grabar su primer disco en 1967, del cual se desprendió el clásico «Break On Through» y luego «Light My Fire», la banda se colocó como una de las más importantes, de su época y para la posteridad.
Jim Morrison fue un gran curioso, exploró en géneros musicales y literarios; también en todas las drogas que surgieron en los 60. Con The Doors tocó en todo tipo de escenarios, e hizo de todo en vivo (lo que le valió el arresto por indecencia en una ocasión). Al final de su vida, con problemas con la bebida, harto de la vida del rock and roll, se fue a París con su novia. Tenía 27 años, intentaba dejar de beber y quería escribir. Pero, de acuerdo a la versión oficial, la mañana del 3 de julio de 1971 su novia lo encontró muerto en la bañera. El Rey Lagarto ya no estaba en este plano. ¿cómo se vería ahora, a sus 80 años? ¿Estaría de gira como sus contemporáneos?
