Tantas y tantas veces he escuchado que el dinero no lo es todo. Ha sido tan repetitivo que a veces lo he creído, sin embargo, en el deporte y en especial en el futbol mexicano esta premisa parece esfumarse cuando de títulos y éxitos se habla.
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Solo es cuestión de repasar los equipos más destacados en la última década: América, Tigres, Monterrey, León, hasta el mismo Toluca, que sin haber ganado un solo campeonato ha peleado en las instancias finales y de una u otra manera siempre es animador de la Liga Mx.
Pero eso no impide que otros como Pachuca, Pumas y las mismas Chivas puedan meterse a la pelea por los trofeos, aunque estos son los casos excepcionales y de los que se encuentran uno o dos por torneo.
El Apertura 2023 ha dejado en claro una vez más que las clases sociales en el futbol existen desde hace tiempo, pero que también siempre hay un espacio para los “rebeldes” o los “revolucionarios”, es decir, aquellos equipos que con una inversión mínima se cuelan hasta las semifinales y de paso bajan a los “ricachones” a una realidad a la que ellos mismos suponen que no pertenecen.
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La inversión de Rayados de Monterrey en solo dos jugadores para este Apertura 2023 (Canales y Corona), ascendió a los 20 millones de euros, según el portal transfermarkt.com, esto y de acuerdo a la misma fuente, significa casi dos terceras partes del valor total de la plantilla del San Luis (36 millones de euros).
Sin embargo, en la cancha el clasificado fue el equipo potosino que en un ararnque de rebeldía arrebató el boleto a semifinales a unos rayados pertenecientes a otro nivel.
Es un hecho que un buen jugador tiene un precio alto según los estándares del mercado, pero también resulta inegable que el deporte es competencia y la mayoría de los casos ésta es con uno mismo, así que superar los límites y las expectativas es el alimento y la gasolina para casi cualquier atleta de alto rendimiento, mucho más cuando el de enfrente supone una superioridad por el solo hecho de lo que cobra.
La historia del San Luis en este Apertura 2023, más allá de ser la de la “Cenicienta” es la de un proyecto deportivo con bases y continuidad en lo deportivo, al principio del torneo se quedaron sin su director técnico, André Jardine [que ahora será su rival], contrataron jugadores de experiencia que aparentemente estaban en el ocaso de sus carreras y revivieron con los potosinos y por si fuera poco, dejaron a quien fuera auxiliar de Jardine para no romper con lo establecido. Es decir, poco gasto, pero bien pensado.
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Es muy poco probable que San Luis o los mismos Pumas que enfrentarán a Tigres, otro de los equipos con mayor inversión, por un boleto a la final, logren levanterse con el título pero la realidad es que dejan la moraleja tan llevada y tan traída: “el dinero no es la felicidad”.
Mientras, ¡qué la pelota siga rodando!
Por: Gustavo Sánchez (@Gusharris76)