Se ha informado el aumento al salario mínimo para el 2024, por lo que, desde el primero de enero, pasará de 207.44 pesos diarios a 248.84 pesos, una noticia que alegra a muchos, pero, ¿qué tan efectivo es esto para los trabajadores? Es quizá la pregunta de cada año, en un país donde la pobreza y la pregunta, ¿qué vamos a comer hoy? Es el pan de cada día y la cultura de la explosión pasa desapercibida, que incluso la reducción de 40 horas laborales, propuesta ante el senado, es una realidad que cae en la utopía, a pesar de su posible aprobación, ¿o no?
Recuerdo, El Laberinto de la soledad, de Octavio Paz, “Las épocas viejas nunca desaparecen completamente y todas las heridas, aun las más antiguas, manan sangre todavía”, seguimos cortados, quebrados y marcados por las raíces de viejos arboles que emanan estructuras, creencias y disposiciones a las que “sí o sí” debes acoplarte hasta ser útil para ellos, donde al llegar a los 45, tal como los “esclavos” está el remplazo en fila, porqué poco importa que sientas o que vivas, mientras la producción no se detenga, y si, aún así pasen 12 horas, “quitarse la camiseta” es peor que pecado, y es que las tripas no respetan el rugido y acatar ordenes es lo que queda mientras los derechos pasan al olvido.
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Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), las cifras de personas en situación de pobreza siguen siendo altas, 46,8 millones de mexicanos, es decir, el 36,3% de la población total, aunque aseguran, que ha mejorado radicalmente en los últimos dos años. Es que parece mentira que la cifra haya mejorado, cuando todos los precios se han elevado y comprar un kilo de tortillas, frijoles y huevo a veces es un lujo para tantas familias que priorizan entre un plato en la mesa o una libreta para la escuela, pues es real, o hay escuela o hay estudio, y todo esta bien mientras alguien no se enferme por que la preocupación crece, no así los centavos.
Y vale la pena decirlo con todas sus letras, en México hay pobreza, en nuestro país se dejan de lado los derechos laborales, se pide por justicia y por atrás se soborna, en nuestro país, hay violencia el camino que muchos toman porque es más fácil para sacar para vivir, y mientras se destinan millonarias cantidades en campañas electorales muchos mexicanos se preguntan, ¿qué comemos hoy? y con temor a ser la viva imagen del personaje de Gabriel García Márquez, El coronel no tiene quien le escriba,
“El coronel (…) Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder:
-Mierda.”