El sapo concho: de la extinción a la fama global por Bad Bunny

Fecha:

San Juan, Puerto Rico, 14 de noviembre de 2025.

El sapo concho (Peltophryne lemur), una especie endémica de Puerto Rico y en peligro de extinción desde hace más de cuatro décadas, ha experimentado un inesperado rescate mediático que está impulsando los esfuerzos de su conservación. Este anfibio, con su característica nariz respingona, saltó a la fama mundial al convertirse en el personaje central y carismático que pronuncia la ya célebre frase “Acho PR es otra cosa” en el documental ‘Debí tirar más fotos’ del artista internacional Bad Bunny.

Este fenómeno de visibilidad ha sido crucial para la causa de la especie, tal como explica Sondra Vega, bióloga especializada en conservación de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Arecibo. “El personaje de concho, a través de esta producción de Bad Bunny, se ha visibilizado y en cierta medida ha salido del anonimato. Es una especie que siempre ha sido parte de la biodiversidad de Puerto Rico”, señaló Vega a EFE.

El sapo concho lucha por su supervivencia desde 1984, amenazado por la pérdida de su hábitat natural —los bosques kársticos áridos y semiáridos del sur de Puerto Rico—, así como por depredadores como libélulas y diversas especies invasoras. En su vida silvestre, este carismático anfibio vive apenas la mitad del tiempo que logra alcanzar en cautiverio, donde llega a vivir entre seis y ocho años.

Gracias a la exposición sin precedentes generada por la producción de Bad Bunny, los herpetólogos y conservacionistas han podido conectar con un público mucho más amplio. Vega, de 53 años, se mostró asombrada por el repentino interés: “Esa parte de conectar con la gente no había sido posible a la magnitud de lo que se ha elevado en este año”, precisó, indicando que la fama ha facilitado la labor educativa sobre el anfibio.

El Urgente Reto de la Reproducción Asistida

El esfuerzo de conservación del sapo concho se basa actualmente en un programa de reproducción asistida que involucra a la UPR, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), el Gobierno federal y catorce zoológicos de Estados Unidos y Canadá. Sin embargo, Abel Vale Nieves, presidente de la organización Ciudadanos del Karso, parte activa en este esfuerzo desde 2006, hace un llamado urgente. Nieves reclama la creación de un centro de reproducción del sapo concho en Puerto Rico para reducir los altos costos logísticos.

Actualmente, “la reproducción se hace en los zoológicos en Estados Unidos y en Canadá y se traen por avión en cajas, con agua, se les pone oxígeno, todo lo necesario para que sobrevivan y se liberan en charcas”, indicó Nieves. En su finca ‘El Tallonal’, se han creado charcas artificiales donde se han liberado veinte ejemplares adultos y 106 juveniles, monitoreados con radio transmisores.

Los esfuerzos de conservación son masivos: una hembra puede liberar entre mil y tres mil huevos en un evento reproductivo —con un máximo reportado de quince mil—, y a junio de 2025 se habían liberado 751,938 renacuajos de esta especie.

Pese a los avances, Ramón Luis Rivera, asesor técnico del DRNA, subraya que menos del 5% de los puertorriqueños conocía al sapo concho antes de su estrellato mediático. Afortunadamente, el proyecto para construir el primer centro de reproducción de especies en peligro de extinción en la isla fue aprobado esta semana por el DRNA. Solo falta la validación de la Oficina de Gerencia de Permisos para iniciar una construcción que se estima durará un año o año y medio. Rivera espera que esto «dé la oportunidad de que muchos estudiantes y personas de la comunidad se integren y conozcan al sapo concho».

La bióloga Vega confía en que la visibilidad no se detenga y espera que el «personaje de Concho» tenga protagonismo en la próxima gira internacional de Bad Bunny, que inicia el 21 de noviembre en República Dominicana, logrando así que la especie “salga de Puerto Rico” y obtenga una visibilidad mundial permanente.

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