Considerada una de las voces más importantes de la literatura hispanoamericana, fue reconocida por su contribución a la poesía hispanoamericana
La poeta, narradora y figura clave de la literatura latinoamericana Gioconda Belli fue reconocida este miércoles con el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2025, galardón otorgado por la Secretaría de Cultura, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la periodista Silvia Lemus.

El jurado, conformado por Rodrigo Martínez Baracs, Ana Clavel, Natalia Toledo, Claudia Piñeiro y Luis García Montero —ganador de la edición 2024—, decidió por unanimidad distinguir a la escritora nicaragüense “por su capacidad de renovación de la poesía hispanoamericana y por la fuerza de su diálogo entre la sociedad, la historia y la literatura a través de su narrativa”. También destacaron “el vínculo de la reflexión íntima y la memoria compartida en su obra”, que ha marcado a generaciones de lectores.

Belli, décima ganadora del premio, se suma a una lista de figuras de la literatura en español que incluye a Mario Vargas Llosa, Sergio Ramírez, Margo Glantz, Elena Poniatowska y Luis García Montero. La distinción, instaurada en 2012 para honrar el legado del escritor mexicano Carlos Fuentes, está dotada con 125 mil dólares, una escultura de Vicente Rojo y un diploma.
Nacida en Managua en 1948, Gioconda Belli es una de las voces más leídas y respetadas de América Latina. Su obra ha sido galardonada con el Premio Biblioteca Breve de Novela (2008) por El infinito en la palma de la mano, el Premio Sor Juana Inés de la Cruz de la FIL Guadalajara y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2023, entre otros.

Su trayectoria está profundamente marcada por su participación en la historia política de su país. Integrante del Frente Sandinista de Liberación Nacional, fue exiliada en México y Costa Rica entre 1975 y 1979 por su oposición a la dictadura de Anastasio Somoza. Tras el triunfo de la Revolución, regresó a Nicaragua y ocupó cargos públicos, aunque más tarde se distanció del gobierno sandinista. Actualmente vive en España, país al que emigró por su abierta oposición al régimen de Daniel Ortega.
La novela La mujer habitada (1988), considerada su obra cumbre, le otorgó proyección internacional con amplios tirajes en Europa y América Latina. En Alemania obtuvo el Premio de los Bibliotecarios, Editores y Libreros a la Novela Política del Año. También es autora de poemarios emblemáticos como Línea de fuego, Truenos y arco iris, Amor insurrecto y De la costilla de Eva, además de novelas como El pergamino de la seducción, El país de las mujeres y Waslala.