El Gran Premio de Azerbaiyán dejó un fin de semana vibrante, con un ganador esperado, un podio inesperado y algunos líderes de la parrilla que no lograron brillar en las calles de Bakú.
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— Formula 1 (@F1) September 21, 2025
La carrera ofreció oportunidades que algunos pilotos supieron aprovechar, mientras otros se quedaron atrás.
Carlos Sainz: La estrella emergente de Williams
Carlos Sainz se llevó los reflectores con un desempeño estelar. Tras una primera temporada complicada en Williams, donde los errores del equipo y problemas de fiabilidad lo limitaron, el español finalmente mostró su calidad. Clasificó segundo y cruzó la meta en tercer lugar, logrando su primer podio con el equipo. Este resultado, en una carrera sin grandes incidentes más allá de un coche de seguridad inicial, fue puro mérito de su ritmo y talento, superando las expectativas de un monoplaza que no estaba diseñado para pelear tan arriba.
Sainz había sido señalado como una de las decepciones de la temporada, no por falta de velocidad, sino porque no había logrado meterse en posiciones destacadas como lo hacía su compañero Alex Albon. Sin embargo, en Bakú demostró por qué es un piloto de élite, resistiendo la presión de los Mercedes, que mostraron un ritmo competitivo. Aunque George Russell lo superó tras una estrategia sólida en boxes, Sainz mantuvo a raya a un combativo Andrea Kimi Antonelli, asegurando un trofeo muy merecido.
Los altibajos de la parrilla
Por otro lado, Max Verstappen sigue consolidándose como el referente imbatible, pero el foco esta vez se lo llevó Sainz. Mientras, algunos líderes habituales de la F1 tuvieron un fin de semana para el olvido, incapaces de capitalizar las oportunidades que ofreció una carrera con ingredientes impredecibles.
El Gran Premio de Azerbaiyán fue un recordatorio de que, en un circuito tan exigente como Bakú, el talento individual y las decisiones estratégicas pueden marcar la diferencia. Sainz aprovechó su momento, y su podio es una señal de que su adaptación en Williams va por buen camino.