La Casa Azul conmemora el centenario del suceso que marcó la existencia de la pintora con la exposición Pintar por accidente
Hace exactamente un siglo, un trágico suceso cambió para siempre el rumbo de una de las artistas más emblemáticas de México. Frida Kahlo, con apenas 18 años, fue víctima de un accidente que no solo fracturó su cuerpo, sino que la impulsó a construir un universo pictórico profundamente personal.
Para conmemorar los 100 años de aquel día, la Casa Azul —hoy Museo Frida Kahlo— presenta la exposición temporal Pintar por accidente, una muestra que busca explorar, desde una perspectiva íntima, el impacto físico y emocional que el accidente tuvo en la vida y obra de la artista. La exposición se encuentra instalada en los jardines del recinto ubicado en Londres 247, en el corazón de Coyoacán.

“El pasamanos me atravesó como la espada a un toro”, escribiría años después la propia Frida, recordando ese 17 de septiembre de 1925, cuando un tranvía colisionó contra el autobús en el que viajaba junto a su entonces pareja, Alejandro Gómez Arias. El impacto, ocurrido sobre la Calzada de San Antonio Abad, la dejó con múltiples fracturas en la columna vertebral, costillas, pelvis, y una grave herida abdominal.
Durante meses, Kahlo permaneció inmovilizada en una cama de hospital, con el cuerpo sujetado por corsés de yeso. Fue en ese encierro físico donde, literalmente, comenzó a pintar su dolor.

“La muestra propone un recorrido emotivo que revela cómo ese suceso moldeó no solo su cuerpo, sino también su sensibilidad artística y su manera de mirar el mundo”, señaló el museo a través de un comunicado.
La exposición se organiza en tres núcleos temáticos:
- «El tranvía», que ofrece contexto sobre los sistemas de transporte de la época y las circunstancias del accidente.
- «El accidente», con testimonios de la propia Frida, documentos médicos y notas periodísticas de la época.
- «La pintura», donde se exploran obras que reflejan las secuelas físicas y emocionales del evento, transformadas en símbolos de lucha, identidad y resistencia.
También se exhiben reproducciones contemporáneas de fotografías, notas médicas, cartas y dibujos que permiten al visitante acercarse a la intimidad de una artista que convirtió el dolor en arte.