
A sus 59 años, la nadadora mexicana Elizabeth Hernández está a punto de escribir un nuevo capítulo en su impresionante trayectoria deportiva, al convertirse en la única mujer mexicana que participará en la Winter Swimming World Cup 2025, que se celebrará frente al majestuoso Glaciar Perito Moreno, en El Calafate, Argentina, del 4 al 10 de agosto. Competirá en agua prácticamente congelada, con temperaturas extremas de entre 3 y 5 grados centígrados.
Hernández, quien hace 33 años hizo historia al ser la primera mexicana en cruzar el Canal de la Mancha nadando durante 10 horas y 40 minutos, vuelve a los reflectores internacionales con un nuevo desafío físico y mental. En esta ocasión, participará en la categoría de 55 a 59 años, en pruebas de 50, 100 y 200 metros estilo libre (crawl), así como en 50 y 100 metros pecho.
Entrenamiento extremo desde la CDMX
Para enfrentar las condiciones climáticas del evento, Elizabeth se preparó en una alberca en la Ciudad de México, donde nadó atada de las piernas, en agua helada con temperaturas entre 5 y 7 grados centígrados. Debido al riesgo de hipotermia, sus sesiones no superaron los 10 minutos de duración, lo que exige no solo fuerza física, sino también una gran preparación mental y emocional.
El entrenamiento fue diseñado para simular las condiciones del glaciar, donde el cuerpo humano enfrenta un choque térmico extremo al contacto con el agua. La disciplina y el enfoque de Hernández la han mantenido firme ante uno de los retos más extremos del deporte acuático mundial.
Una trayectoria forjada en resistencia y hazañas históricas
Elizabeth Hernández no es una atleta común. Su nombre está escrito con letras doradas en la historia del deporte mexicano. En 1992 recibió el Premio Nacional del Deporte, y un año más tarde, en 1993, impuso un récord mundial de nado en alberca durante 24 horas, recorriendo casi 84 kilómetros. Pero su logro más impresionante llegó en 1994, cuando nadó 187 kilómetros en el río Paraná, en Argentina, durante 23 horas y 10 minutos, hazaña que también le valió un récord mundial.
Estos logros reflejan una vida entera de dedicación al nado de resistencia, una disciplina que exige una combinación de técnica, resistencia mental y física, y una capacidad de superar límites personales ante condiciones hostiles.
Una embajadora del espíritu deportivo mexicano
La participación de Elizabeth Hernández en la Copa Mundial de Nado de Invierno no es solo un reto personal, sino una representación del espíritu indomable del deporte mexicano. Con más de 20 países presentes en la competencia, su presencia destaca como símbolo de perseverancia, entrega y pasión por desafiar lo imposible.
Desde el cruce del Canal de la Mancha hasta las heladas aguas del Perito Moreno, Elizabeth demuestra que la edad no es un límite, y que la voluntad, cuando se entrena con disciplina, puede conquistar hasta los paisajes más fríos del planeta. Su historia inspira a nuevas generaciones de atletas, mujeres y ciudadanos, a creer en el poder del esfuerzo y a no temerle a los desafíos que parecen inalcanzables.