
Un nuevo episodio de violencia armada estremeció este domingo a la ciudad de Nueva York. Al menos cuatro personas, incluido un agente del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), murieron y otra resultó herida tras un tiroteo ocurrido en un rascacielos del barrio de Midtown, en Manhattan, donde se ubican oficinas de importantes corporaciones como Blackstone, la NFL y KPMG.
El alcalde Eric Adams confirmó los hechos en conferencia de prensa y lamentó las pérdidas. “Cinco inocentes fueron baleados esta noche. Perdimos cuatro vidas en otro acto de violencia con armas de fuego sin sentido, incluyendo a un oficial miembro del NYPD”, declaró con tono severo. Adams calificó el hecho como una tragedia “dolorosa y evitable”.
Según las autoridades, el tirador murió aparentemente por una herida de bala autoinfligida, lo que sugiere un suicidio tras cometer el ataque. El incidente se registró alrededor de las 18:00 horas locales (22:00 GMT) y desató una fuerte movilización policiaca en una de las zonas financieras más concurridas de la ciudad.
Hasta el momento no se han revelado los motivos del atacante ni su identidad, y la policía neoyorquina mantiene acordonada el área mientras avanza la investigación. El edificio fue evacuado y se activaron los protocolos de emergencia.
Este nuevo tiroteo revive el debate sobre el control de armas en Estados Unidos, especialmente en contextos urbanos densamente poblados. Líderes locales y federales ya han comenzado a pronunciarse, exigiendo reformas urgentes para frenar la escalada de violencia que golpea incluso a las zonas más vigiladas del país.