Chicago, Illinois, 12 de julio de 2025.– La fachada del heredero del Cártel de Sinaloa comienza a desmoronarse. Ovidio Guzmán López, alias “el Ratón” e hijo del exlíder del narcotráfico Joaquín “el Chapo” Guzmán, se declaró culpable de cuatro cargos relacionados con narcotráfico ante la Corte del Distrito Norte de Illinois, en Estados Unidos.
El golpe judicial contra el clan Guzmán es parte de un acuerdo de culpabilidad que Ovidio firmó con las autoridades estadounidenses, quienes han advertido que el narcotraficante está dispuesto a colaborar y ofrecer información sensible a cambio de una reducción en su condena. La pregunta que ahora retumba tanto en Washington como en México es: ¿a quién está dispuesto a delatar?
El hijo del Chapo enfrenta cargos por conspiración para traficar cocaína, metanfetaminas y marihuana, además de lavado de dinero y posesión de armas de uso exclusivo del ejército. Su extradición desde México en 2023, tras una sangrienta captura en Culiacán, fue uno de los golpes más mediáticos contra el Cártel de Sinaloa. Sin embargo, su proceso legal ha tomado un giro inesperado que podría sacudir los cimientos del crimen organizado en ambos lados de la frontera.
Expertos señalan que este acuerdo podría convertirse en una bomba política y judicial para México, ya que Ovidio Guzmán podría revelar no solo operaciones internas del cártel, sino también presuntas complicidades con autoridades locales y federales. La analista Vanda Felbab-Brown, del Instituto Brookings, no descarta que sus declaraciones salpiquen a instituciones del Estado mexicano, fuerzas armadas y gobiernos locales en Sinaloa y otros estados clave del narcotráfico.
Mientras tanto, en México, el Gobierno federal ha guardado silencio sobre las implicaciones del acuerdo, aunque la Fiscalía General de la República reiteró que el caso se abrió gracias a las órdenes de aprehensión emitidas en el país y que aún enfrenta cuentas pendientes con la justicia mexicana.
La narrativa oficial sobre el combate al narcotráfico queda nuevamente en entredicho. Con esta declaración de culpabilidad, Ovidio Guzmán ya no solo es un símbolo del narco, sino una pieza clave que puede abrir la puerta a una red de corrupción aún más profunda. Ahora, la justicia estadounidense tiene la palabra… y Ovidio también.
