El gobierno de Estados Unidos ordenó el cierre inmediato de su frontera sur a la importación de ganado mexicano, tras confirmarse un nuevo brote del gusano barrenador del ganado en el estado de Veracruz.
La decisión fue anunciada por el Departamento de Agricultura estadounidense como una medida de emergencia para proteger su industria ganadera, al considerar inaceptable el avance del parásito hacia el norte.
Se estima que esta suspensión temporal podría representar pérdidas superiores a los 350 millones de dólares para el sector pecuario mexicano, justo cuando se había comenzado a reactivar el comercio tras un brote anterior.
Desde México, autoridades federales señalaron que ya se realizan acciones contundentes como la liberación masiva de moscas estériles, mayor vigilancia sanitaria en los estados del sur y el reforzamiento de los controles fronterizos. Sin embargo, consideraron que la medida de Estados Unidos es unilateral y desproporcionada.
Se informó que la reapertura será gradual y dependerá del cumplimiento estricto de las medidas sanitarias exigidas por el gobierno estadounidense. Por el momento, el primer punto que podrá reanudar operaciones es el cruce fronterizo de Douglas, Arizona, seguido por otros como Columbus, Del Río, Laredo y Santa Teresa.
El gusano barrenador es una plaga que afecta gravemente al ganado y representa una amenaza directa para la salud animal, pues sus larvas se alimentan del tejido vivo causando infecciones graves y, en muchos casos, la muerte del animal afectado.
Esta situación ha encendido las alarmas tanto en México como en Estados Unidos, y se prevé una coordinación binacional más estricta para evitar que la plaga se propague.
