
Texas enfrenta uno de los peores desastres naturales de su historia reciente. El gobernador del estado, Greg Abbott, informó este martes que al menos 109 personas han muerto y 161 continúan desaparecidas como consecuencia de las inundaciones masivas que azotaron el centro y sur del estado durante los últimos días.
“Solo en el condado de Kerr tenemos confirmadas 161 personas no localizadas”, declaró Abbott en conferencia de prensa, al tiempo que enfatizó que los esfuerzos de búsqueda continúan sin descanso. “Sepan esto: no nos detendremos hasta encontrar a todas las personas desaparecidas”, sentenció.
Trump expresa preocupación por las víctimas
El gobernador también señaló que ha sostenido conversaciones constantes con el presidente estadounidense, Donald Trump, quien, dijo, se mostró “muy preocupado” por la magnitud de la tragedia y, en particular, por la pérdida de vidas humanas.
“No dejaba de expresar su tristeza por todas las niñas que han perdido la vida”, comentó Abbott visiblemente conmovido.
Las lluvias torrenciales que comenzaron el pasado viernes desbordaron ríos como el Guadalupe y dejaron comunidades enteras bajo el agua, principalmente en la región de Hill Country, al noroeste de San Antonio. Entre las víctimas se encuentra un grupo de menores que se alojaban en un campamento cristiano, cuya muerte fue confirmada por los responsables del centro.
Emergencia de salud pública
Ante la magnitud del desastre, el secretario de Salud de EE.UU., Robert F. Kennedy Jr., declaró emergencia de salud pública en Texas, una medida que permitirá movilizar recursos médicos y logísticos de forma inmediata para atender a los damnificados.
“He mantenido conversaciones regulares con el gobernador Abbott. Mi corazón está con cada tejano afectado por esta devastadora tragedia”, escribió Kennedy en su cuenta de X (antes Twitter). “A quienes han perdido a sus seres queridos y a las comunidades que enfrentan pérdidas y destrucción inimaginables: no están solos. Nos comprometemos a brindar todos los recursos disponibles para ayudarles a recuperarse y sanar”.
Una catástrofe sin precedentes
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, en tan solo 12 horas se registraron más de 30 centímetros de lluvia, provocando el desbordamiento de múltiples cauces. Las autoridades locales aseguran que al menos 41 personas continúan sin ser localizadas en zonas donde el acceso es limitado debido al colapso de caminos y puentes.
El número de muertos y desaparecidos podría seguir aumentando conforme avancen las tareas de rescate y se restablezcan las comunicaciones en las áreas más afectadas. Mientras tanto, equipos de emergencia de todo el país, incluyendo la Guardia Nacional y personal de FEMA, continúan trabajando para atender a los sobrevivientes y recuperar los cuerpos de las víctimas.
Texas vive hoy una tragedia que ha puesto a prueba no solo su capacidad de respuesta, sino también la solidaridad y fortaleza de sus comunidades.
