Cuatro cadetes de la Marina Armada de México, a punto de graduarse, fueron sorprendidos por un examen toxicológico inesperado que resultó en su expulsión. Además, otros seis estudiantes, que dieron negativo en la prueba, también fueron excluidos sin recibir una defensa adecuada. Un cadete afectado relató los detalles de la situación, señalando que el operativo interno fue llevado a cabo por la Unidad de Inteligencia Naval.
Según el relato del cadete, el incidente ocurrió durante una práctica de tiros en la Cuarta Región Naval. Fueron repentinamente convocados al auditorio, donde personal de la Secretaría de Marina, vestido de diversas maneras, les exigió entregar sus dispositivos electrónicos y colaborar en la revisión de los mismos. Aquellos que se negaron a cooperar fueron amenazados con sanciones disciplinarias.
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El proceso incluyó la revisión exhaustiva de pertenencias, confiscación de equipos electrónicos y una entrevista individual. Durante estas entrevistas, se les pidió a los cadetes proporcionar contraseñas y detalles sobre su historial, y aquellos que se negaron enfrentaron consecuencias disciplinarias. Posteriormente, se les informó que no podrían graduarse y recibirían la baja de la institución.
El relato de uno de los afectados destaca la falta de evidencia concreta en su contra durante el proceso disciplinario. A pesar de negar el consumo de sustancias prohibidas durante su tiempo en la institución, y de mantener un historial académico y de conducta ejemplar, el cadete fue expulsado.
Fue a través de redes sociales que familiares de uno de los cadetes, solicitaron apoyo al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Señor Presidente, me urge reunirme con usted, el futuro de mi hermana y de varios cadetes de la Marina, corren peligro de ser expulsados sin recibir su documentación de termino.
— Jacky Alejo (@Jacky_Bose) October 10, 2023
Se lo ruego.
Los estudiantes afectados planean llevar el caso a instancias civiles, buscando un amparo para revertir la decisión y obtener la reincorporación a la Marina. Argumentan que el Consejo de Disciplina actuó de manera arbitraria, ignorando pruebas de buen comportamiento, participación en actividades académicas y eventos de la institución, así como exámenes toxicológicos previos que dieron resultados negativos.
La controversia gira en torno a la falta de un debido proceso y la ausencia de una defensa adecuada para los cadetes, quienes estaban a días de graduarse y vieron truncada su carrera militar. Padres y abogados de los afectados buscan que un juez civil revise el caso, considerando las pruebas presentadas y otorgando a los cadetes la oportunidad de completar sus estudios y recibir el título de técnico profesional en mecánica de aviación naval.