Los niños y niñas víctimas de agresión de guerra, ni bien alcanzar a vivir su infancia cuando son encarcelados, violados, asesinados u obligados a matar o colocar bombas.
El día 4 de junio se conmemoró el Día Internacional de los Niños Víctimas de Agresión, en
el marco de ésta semana de reflexión la Organización de las Naciones Unidas ha compartido
información estremecedora y sensible que debe ser atendida por los gobiernos, no sólo en su
calidad de instituciones encargadas de salvaguardar a los ciudadanos sino en su rol de agentes
rectores del bien social, de la paz y del desarrollo. Sin embargo, las guerras, la pobreza y la
violencia contra los niños y niñas siguen exhibiendo las deficiencias de los gobiernos, pero
también revelan las graves crisis sociales y de valores que imperan en la sociedad. Al
respecto, la ONU ha publicado compromisos ciudadanos como el de Virginia Gamba,
Representante Especial de las Naciones Unidas para la Cuestión de los Niños y los Conflictos
Armados, quien encabeza una campaña global por la defensa y reivindicación de la
Convención sobre los Derechos del Niño y amplificar la voz de la infancia. El enfoque de
dicha campaña es hacia los niños y niñas que padecen los estragos de los conflictos armados.
En este sentido vale la pena recordar que los niños y niñas continúan siendo los más
inocentes, en medio de guerras que no conocen y de acciones que jamás cometieron, y en
una gran mayoría de los casos esos niños y niñas ni bien alcanzar a vivir su infancia cuando
son encarcelados, violados, asesinados u obligados a matar o colocar bombas. Y aunque el
tema sensible está enfocado en los conflictos bélicos, es imposible no dejar de pensar en
aquellos niños y niñas de México y de otros países que son víctimas del narcotráfico o de la
prostitución infantil.
Al respecto, las cifras oficiales mencionan que: Uno de cada seis niños en el mundo vive en
zonas de conflictos armados. Son asesinados, sufren secuestros, violencia sexual,
reclutamiento forzado, y las escuelas y hospitales son constantemente atacadas. La campaña
«Niños en la mira» de UNICEF rechaza esta realidad como una «nueva normalidad
mortífera» y exige a los dirigentes mundiales y a las partes en conflicto que protejan a la
infancia, garanticen el acceso seguro a servicios esenciales y detengan la violencia. Por su
parte, el informe del Secretario General de las Naciones Unidas revela que en 2023: 11, 649
niños fueron asesinados o sufrieron mutilaciones y que “en la mayoría de los casos, las
muertes y mutilaciones de niños fueron causadas por el uso de artefactos explosivos,
incluidas armas explosivas y restos de explosivos de guerra, artefactos explosivos
improvisados y minas terrestres, incluso en zonas pobladas”. Agrega también que 8,655 niños
fueron reclutados o utilizados; 4, 356 estuvieron secuestrados y 1, 470 resultaron víctimas de
violencia sexual. El llamado que las organizaciones hacen es para poner fin a los conflictos
armados, no obstante parece que estamos lejos de ello y este siglo en el que tenemos tantos
recursos para hacer el bien y a un número mayor de personas, parece ser el siglo más brutal
y vergonzoso para la humanidad.
