Las autoridades del Líbano han informado este sábado que la situación de seguridad del país es “delicada y peligrosa”, después del “bombardeo selectivo” de las Fuerzas Armadas de Israel (FDI) contra la capital Beirut que se ha saldado con 30 personas muertas.
El Consejo Central de Seguridad libanés, en una reunión celebrada esta mañana, ha declarado por medio del ministro del Interior, Bassam Maulaui que las fuerzas del Líbano deben “vigilar activamente cualquier movimiento sospechoso” para “evitar violación o ataque a zonas residenciales”.
El ministro ha subrayado que muchos civiles, incluidos mujeres y niños, han perdido la vida o han sido heridos en los últimos días a causa de la ofensiva israelí, y ha remarcado las necesidades de “seguir las cámaras para detectar cualquier movimiento en todas las zonas”, recoge el diario L’Orient-Le Jour.
“La coordinación entre las fuerzas de seguridad es necesaria para afrontar los desafíos. Todos debemos estar en un estado constante de vigilancia y preparación total”, ha señalado en una jornada significada por el ataque de Israel de la tarde anterior en contra del sur del Líbano.
Estas declaraciones de Maulaui se han producido antes de que las FDI anunciaran en redes sociales que regresaba otra oleada de ataques contra “objetivos de la organización terrorista Hezbola”, sin proporcionar más información.
Israel ejecutó un “bombardeo selectivo” que acabó con la vida del líder de Hezbola, Ibrahim Akil, pero también con la de otros milicianos y civiles en Beirut, incluidos al menos tres niños y siete mujeres.