En una decisión sorpresiva, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) anunció la ruptura de la alianza con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Acción Nacional (PAN) para las elecciones de diputaciones federales y senadurías. La medida se atribuye a lo que el PRD describe como una «mala actitud» por parte de las dirigencias nacionales del PRI y del PAN, encabezadas por Alejandro Moreno y Marko Cortés, respectivamente.
En un comunicado oficial, el Sol Azteca informó que, después de consultar con su militancia y las direcciones estatales, ha decidido competir con «candidaturas federales propias» con el objetivo de «contribuir al cambio necesario en México». Señaló que las dirigencias nacionales de los partidos aliados no han reconocido el valor representado por el PRD en la coalición, acusándolos de intentar excluir a la sociedad civil y al propio partido de los acuerdos para avanzar juntos.
El PRD subrayó la importancia de la inclusividad en el Frente Amplio por México, enfatizando que para lograr el éxito electoral, la coalición debe ser incluyente y trabajar hacia el objetivo principal de ganar la Presidencia de la República y la mayoría en el Congreso de la Unión, impulsando un Gobierno de Coalición en todos los niveles.
Al concluir que «México requiere una respuesta democrática, incluyente y de izquierda socialdemócrata contra el proyecto autoritario ejercido por un solo hombre desde Palacio Nacional,» el PRD expresó su compromiso de aportar todos sus esfuerzos para derrotar el proyecto centralista, autoritario, populista y conservador.
A pesar de la ruptura en las candidaturas para diputaciones federales y senadurías, el PRD confirmó su respaldo absoluto a Xóchitl Gálvez Ruiz, precandidata a la presidencia de la República. La decisión de respaldar a Gálvez evidencia que, a pesar de las discrepancias con las otras fuerzas políticas, el PRD mantiene su compromiso con ciertos candidatos y objetivos específicos en el ámbito electoral.
Ingrid Castillo