El conductor no renovó contrato para ser el presentador en la entrega de premios de la Academia porque busca equilibrio en su vida profesional
El popular presentador de televisión y comediante, Jimmy Kimmel, sorprendió a la industria del entretenimiento al revelar las razones detrás de su decisión de declinar la oportunidad de conducir la próxima ceremonia de los Óscar. En una reciente entrevista para el podcast «Politickin'», Kimmel confesó que priorizar su bienestar y el equilibrio en su vida profesional fueron los principales factores que lo llevaron a tomar esta determinación.
Después de haber presentado la gala de los Óscar en tres ocasiones consecutivas, Kimmel reconoció que el intenso trabajo y la dedicación que requiere este evento lo habían llevado al límite. «No soy bueno para mantener el equilibrio», admitió el presentador, quien explicó que la preparación para los Óscar lo consumía por completo, dejando poco espacio para otras facetas de su carrera.
«Pienso en ello por la mañana y por la noche, y cuando tengo ideas quiero trabajar en ellas, y luego mi programa nocturno parece una molestia», expresó Kimmel, quien destacó que la producción de los Óscar implicaba un gran esfuerzo por parte de todo su equipo, incluyendo a los guionistas de su programa nocturno.
Aunque considera que la experiencia de conducir los Óscar es gratificante cuando todo sale bien, Kimmel cree que es importante tomar un descanso para sí mismo y para su equipo. «Creo que es un buen ejercicio para nuestro personal tener otro anfitrión allí, porque hay muchas cosas que hago cuando estoy allí que de repente ellos tienen que hacer, y siento que cuando regreso, me aprecian más», agregó.
La decisión de Kimmel ha generado gran expectativa en torno a quién será el próximo presentador de la gala más importante de la industria cinematográfica. El comediante aseguró que hay muchas personas talentosas que podrían asumir este reto, pero que el compromiso de tiempo y la presión que implica el rol suelen disuadir a muchos.
