La campaña de Xóchitl Gálvez no arranca. La evidencia se comenta en círculos, corros y
corrillos. La campaña no va, la campaña está parada, la campaña no avanza. La campaña no
despega porque no ha comenzado el periodo de campañas, informan desde el equipo de
comunicación. Así, tranquilidad entre los seguidores. Un mensaje de Samuel García enviado
esta mañana arroja 11.000 likes en estos momentos; de Claudia, a semejante hora, 4.000; de
Xóchitl, 700. Calma, no hay campaña todavía. Pero quizás sí. Se me ocurre que a lo mejor la
estrategia es nadar de muertito para que López Obrador no se centre en la campaña de Gálvez
de modo que cuando llegue el momento, sin que el Presidente pueda reaccionar, rebase a
Claudia Sheinbaum. Esta innovación representa todo un aporte al servicio de los más
exigentes. El equipo de campaña de Xóchitl no se conforma con que Sheinbaum le lleve 22
puntos de ventaja. No, aspira a que le saque 50. Porque así López Obrador, confiado, apenas
prestará atención a la maniobra que pondrá por arriba a Xóchitl. No hay prisa en comenzar, en
primer lugar porque las campañas no han empezado aunque Claudia lleve en campaña desde
que fue nombrada abanderada y, en segundo lugar, porque 22 puntos son insignificantes al
considerar la inteligencia de la estrategia y el carisma de la candidata. Gálvez ha instruido a su
equipo que no hay que rebajarse. Rebajarse significa desplegar una campaña de buenos modos
y maneras, apegada al más riguroso manual de urbanidad, adherida al respeto más estricto al
adversario que no enemigo, porque México sólo se juega la democracia.
El equipo de comunicación de Xóchitl ha enviado un WhatsApp inquietante que
desdice el pacifismo dirigido en exclusiva a la candidata de Morena. Samuel García y Eduardo
Verástegui son traidores a Gálvez porque quieren quitarle votos que son de Gálvez. Samuel
García, elegido candidato a la presidencia por Movimiento Ciudadano, no tiene derecho para
competir a la presidencia porque resta votos a Xóchitl. Muy democrático. Eduardo Verástegui,
disidente de la derecha extraviada que representa el PAN, no está legitimado para hacerse con
una candidatura independiente, a la que tiene derecho como ciudadano mexicano que cumple
con los requisitos ad hoc, porque amenaza votos de Xóchitl. Más democrático todavía. El
equipo de comunicación de Gálvez ignora qué es la democracia, exhibe el mismo autoritarismo
de López Obrador y Claudia Sheinbaum, muestra que la pluralidad es palabra vacía. Margarita
Zavala, coordinadora de comunicación de la intrépida campaña, no pensaba lo mismo en 2018,
siendo candidata independiente, ni después con México Libre, que no consiguió registro por
no justificar debidamente la procedencia de 1.000.000 de pesos, pero la culpa es de otros.
La inteligente, versátil y audaz estrategia aporta otra novedad: se instruye a los
simpatizantes del Frente Amplio que no sigan en redes a Samuel García y a Marianita. La
comunicación primero fue orden, luego sugerencia. En ambos casos coacciona la libertad de
los ciudadanos para plegarse a una estrategia que no propone nada y censura todo. En esto
devienen los mexicanos con que el Frente Amplio se llena la boca: borregos, pero sus
borregos. La campaña no ha iniciado pero cuando inicien las campañas tampoco iniciará la de
Xóchitl porque no hay nada que iniciar. Esto es una guerra y el equipo de comunicación de
Gálvez se fuma un puro o es inepto.
Nota: en mi artículo “Pedro Sánchez y España” publicado el miércoles 15 de noviembre ofrecí
un dato erróneo. Comenté que la Generalitat de Cataluña debe al gobierno de España ochenta
mil millones de euros. La cifra correcta es quince mil millones de euros.
Xóchitl Gálvez se fuma un puro
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