A medida que se acercan los comicios presidenciales en Estados Unidos, diversas señales indican que el presidente Joe Biden podría enfrentar obstáculos significativos para lograr la reelección. Los indicadores más preocupantes giran en torno a la pérdida de apoyo, especialmente entre la clase trabajadora, lo que ha generado inquietud sobre la posibilidad de un resurgimiento de la ultraderecha en el país.
Aunque la economía estadounidense ha experimentado un crecimiento sólido en los últimos meses, la percepción de muchos trabajadores, particularmente en estados cruciales del medio-oeste, se centra en el aumento de precios de productos básicos como papas, detergente y gasolina. Culpan al presidente Biden por la gestión económica, lo que ha afectado negativamente la campaña para su reelección.
Según encuestas recientes del New York Times, en cinco de los seis estados determinantes para las elecciones, Donald Trump supera a Biden en preferencias, principalmente debido a preocupaciones sobre la economía y la edad del mandatario. Otras encuestas, como las de CBS News, ABC News/Ipsos y Morning Consult Bloomberg, respaldan esta tendencia, destacando que en temas clave como economía, migración y seguridad nacional, Trump cuenta con la confianza de la población por más de 10 puntos.
A pesar de los logros de Biden, como la reducción de costos en medicamentos y la implementación de un extenso programa de infraestructura, el descontento se refleja en un amplio deterioro del apoyo, especialmente entre votantes jóvenes, afroestadunidenses y latinos. Aunque Biden mantiene la mayoría del apoyo en estos grupos, la encuesta del Times revela una disminución significativa, con un 42% de latinos y un 22% de afroestadunidenses favoreciendo a Trump.
El peligro para Biden no radica solo en el riesgo de que sus bases voten por la oposición, sino en la posibilidad de que la apatía electoral prevalezca. El desencanto hacia políticas como la guerra de Israel y la gestión de la inmigración, combinado con dudas sobre la edad y capacidad mental del presidente, podría llevar a que muchos simplemente no se sientan motivados a votar.
A pesar de la actual competencia entre un presidente activo en iniciativas progresistas y un ex gobernante con acusaciones criminales pendientes, Trump ha logrado presentarse como un outsider luchando contra un sistema disfuncional. Su éxito en ser percibido de esta manera y en movilizar el descontento podría ser un desafío clave para Biden, quien ahora se enfrenta al reto de persuadir a la clase trabajadora de que la participación electoral y el respaldo a los demócratas son aún cruciales.
Ingrid Castillo
