A medida que el proceso de sucesión en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) avanza hacia su etapa final, se revela una alarmante falta de conocimiento entre los estudiantes respecto a los detalles fundamentales de este relevante evento académico. Con solo unos pocos días restantes antes de que la Junta de Gobierno seleccione al próximo rector, la falta de difusión y el aparente desinterés por parte de los universitarios ha suscitado preocupaciones sobre la participación estudiantil en la vida académica y política de la institución.
Aproximadamente 72 días transcurrieron desde el inicio del proceso, durante los cuales los estudiantes han demostrado un nivel de interés escaso o nulo en la sucesión. Algunos afirman erróneamente que la elección se lleva a cabo mediante votaciones, mientras que otros sugieren incluso la posibilidad de una rifa.
En una serie de consultas aleatorias realizadas, se descubrió que la mayoría de los estudiantes consultados desconocían que el mes actual marcaría el nombramiento de un nuevo rector o rectora. Incluso en este punto crítico del proceso, la falta de conciencia sobre quién designa al rector, cómo se lleva a cabo el proceso, la duración de su gestión, y los aspirantes actuales a la posición persiste entre la comunidad estudiantil.
En contraste con la aparente desinformación generalizada, una estudiante, Ana Karen, de quinto semestre en la Facultad de Derecho, se mostró consciente y bien informada sobre el procedimiento de sucesión. Ana Karen señaló que la Junta de Gobierno, compuesta por 15 destacados universitarios, es la entidad encargada de tomar la decisión final respecto al nombramiento del rector. Además, destacó la importancia de comprender la estructura de gobierno de la universidad y mantenerse informado sobre los acontecimientos clave que afectan a la institución.
A medida que la UNAM se acerca a este crucial momento de selección de su próximo líder, el llamado a una mayor difusión y conciencia sobre el proceso de sucesión se vuelve imperativo para fomentar una participación más activa y consciente de la comunidad estudiantil en la vida universitaria.
Por: Ingrid Castillo